Dietas que matan

Los dirigentes políticos de los llamados países 'frugales' (Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia) deberían leer a Bee Wilson, autora de varios ensayos sobre alimentación. Según su diagnóstico, las dietas causan más muertes y enfermedades que el hambre, y muchas de estas muertes tienen su origen en la ingesta de alimentos incorrectos en cantidades también incorrectas. La dieta que quieren imponer en la cumbre europea de este viernes y sábado aquellos países supuestamente ayunadores a los que necesitan una inyección de caballo de vitaminas y minerales, es decir, los más afectados por la covid-19, entre ellos España, puede tener efectos parecidos a los de aquellas dietas alimenticias.

La Unión Europea pasa por su peor recesión desde sus orígenes sobre las cenizas de una guerra que dejó yermo al continente. Ahora viene de casi tres lustros de dificultades que han frenado el proceso hacia la integración y han alimentado la división. Primero fue la crisis financiera y económica del 2008 y ahora, la causada por la pandemia con afectaciones distintas, pero de la que ningún país se ha escapado.

¿Cómo te afecta la crisis del coronavirus?

El anunciado fondo de 750.000 millones de euros para la reconstrucción (500.000 como fondos no reembolsables y 250.000 en calidad de préstamos) es, sobre el papel, la medida necesaria e imprescindible para toda la Unión, no solo para los países gravemente perjudicados por el virus. Lo es más aún, considerando que las previsiones económicas son alarmantes y que el covid-19 todavía no ha dicho su última palabra. Por ello, la dieta que quieren imponer los 'frugales' consistente en que todo sean préstamos y que además vayan acompañados de reformas sobre las que tendrían poder de veto, puede ser letal. Entre otras cosas, porque obligaría a países como España o Italia, pero también a Francia o Portugal, a un endeudamiento mayúsculo que lastraría de manera permanente no solo las propias economías, sino la de toda la UE.

<strong>Nada será fácil en la cumbre.</strong> Esta es una frase que se repite como un mantra en todos los círculos europeos y ciertamente así será. Por si alguien tenía alguna duda, la reciente derrota de Nadia Calviño en la elección para la presidencia del Eurogrupo es la corroboración de que la batalla será muy dura. Con el nombramiento del irlandés Paschal Donohoe desaparecen los planteamientos que mejor podrían ayudar a los países con mayores dificultades, desaparece la visión de una UE más social y desaparece también la posibilidad de atajar algo tan necesario y urgente como es la reforma fiscal. Irlanda, país del nuevo presidente del Eurogrupo; Holanda, adalid del 'frugalismo'; Luxemburgo, Malta y Chipre se parecen mucho, demasiado, a un paraíso fiscal. Que Calviño perdiera por un voto que tenía comprometido indica que la lucha en la cumbre será durísima. Afortunadamente, la presidencia de turno de la UE corresponde este semestre a Alemania. De este país, en concreto de Angela Merkel, cabe esperar que use toda su capacidad de negociación para evitar el fracaso de la reunión y la fragmentación de la Unión, y favorezca la solidaridad en la reconstrucción tan urgente.

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