EN CLAVE EUROPEA

Semana crucial para la UE

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, durante la rueda de prensa que ha ofrecido este viernes para presentar su propuesta de presupuesto.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, durante la rueda de prensa que ha ofrecido este viernes para presentar su propuesta de presupuesto. / periodico

Eliseo Oliveras

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La Unión Europea (UE) aborda una semana crucial para su futuro, ya que se encuentra sumida en la recesión más grave desde el final de la segunda guerra mundial y urge aprobar un ambicioso plan de relanzamiento económico. A escasos días del inicio de la cumbre europea del 17 y 18 de julio, las posiciones de los Veintisiete siguen muy alejadas sobre el fondo de recuperación de 750.000 millones de euros y sobre el próximo marco presupuestario europeo 2021-2027 de más de 1 billón de euros. Ambos requieren la unanimidad para su aprobación y existen multitud de detalles técnicos esenciales por definir.

Sin un plan de reactivación ambicioso que ayude a los países más golpeados por la pandemia, se agravarán las divisiones internas de la UE y se reabrirán las heridas mal curadas de la política de austeridad. Un retraso en aprobar el fondo de recuperación y un recorte del marco presupuestario prolongarán y agravarán la crisis, lo que debilitará a la UE, acentuará las desigualdades entre sus estados y exacerbará las tensiones socioeconómicas en beneficio de la ultraderecha y las potencias rivales.

La elección como presidente del Eurogrupo del ministro de Finanzas irlandés, el conservador Paschal Donohoe, constituye un mal precedente, porque supone un triunfo de los países que se oponen a una mayor integración presupuestaria europea y que defienden una mayor restricción en el uso del fondo de recuperación. Donohoe había defendido que el acceso a esas ayudas europeas debería ser "altamente condicional" y que antes debían agotar sus propios recursos. Irlanda es uno de los principales paraísos fiscales de la UE, al igual que Holanda, el país que lidera exigir condiciones muy estrictas para que España e Italia accedan a los subsidios europeos.

Previsiones cada vez más negativas

Las previsiones sobre el impacto económico de la pandemia han sido cada vez más negativas y aún podrían empeorar. La contracción de la economía de la eurozona este año será del 8,7%, según el último cálculo de la Comisión Europea, y llegará al 10,2%, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), e incluso al 11,5%, según el escenario más pesimista de la OCDEEspaña, Italia y Francia aparecen como los países más afectados debido al mayor peso del turismo en su economía y a que aplicaron un confinamiento muy estrictoLa caída del Producto Interior Bruto (PIB) en estos tres países será superior al 12%, según el FMI, y podría rondar el 14%, según la OCDE.

Las suspensiones temporales de empleo han evitado el disparo de las cifras oficiales del desempleo en la UE, disimulando la profunda gravedad de la crisis y el consecuente empobrecimiento de la población. La tasa de paro real en Irlanda en junio sería del 22,5% en lugar del 5,8% oficial, si se contabiliza a los trabajadores en suspensión de empleo, precisa la Oficina Central de Estadísticas, mientras otros países silencian ese dato. En España, la cifra de oficial parados registrados era en junio de 3,86 millones, un 28% más que en junio del 2019, según el Servicio de Empleo (SEPE). A esta cifra hay que añadir los 1,8 millones de trabajadores aún en suspensión de empleo.

Sin una masiva inyección de ayudas europeas no reembolsables, países como España e Italia, para reactivar su economía deberán endeudarse hasta un nivel que podría desestabilizar la eurozona y que conduciría a la reclamación posterior de ajustes insostenibles social y políticamente. Por ello, es esencial que 500.000 millones de los 750.000 millones del fondo de recuperación europeo sean subsidios no reembolsables financiados con deuda europea y que el presupuesto de la UE a partir del 2021 sea lo más amplio posible.

Derecho a veto

El primer ministro holandés, Mark Rutte, pide con Austria, Dinamarca y Suecia, que las ayudas a cada país del fondo de recuperación deban aprobarse por unanimidad en el Consejo de Ministros de la UE, para lograr así un derecho a veto, en lugar de su habitual aprobación por la Comisión Europea. Rutte y sus aliados reclaman también recortar el presupuesto comunitario.

Como concesión a Holanda y sus aliados, el presidente de la UE, Charles Michel, ha propuesto que las ayudas del fondo de recuperación tengan que aprobarse por mayoría cualificada y ha reforzado las condiciones para obtener esas ayudas. Asimismo, Michel propone limitar el marco presupuestario de la UE 2021-2027 a 1,07 billones, un 2,4% menos que lo propuesto por la Comisión Europea este año, el 5,3% menos del proyecto inicial del 2018 y el 0,7% menos que el actual marco presupuestario 2014-2020, excluyendo al Reino Unido

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