Dos miradas

Hace 10 años

Mucha gente no participaba todavía de la posterior euforia independentista, sino de un deseo de reconocimiento democrático. Era, todavía, dolido y rabioso, casi desesperado, un "Escucha, España"

Manifestación en Barcelona contra la sentencia del Estatut, el 10 de julio del 2010

Manifestación en Barcelona contra la sentencia del Estatut, el 10 de julio del 2010 / RICARD FADRIQUE

Josep Maria Fonalleras

Josep Maria Fonalleras

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Tal día como mañana, un 10 de julio de hace 10 años, Barcelona fue un grito unánime, intenso, a favor del Estatut. Más aún, en contra de la intervención de los poderes del Estado que habían dañado una posible vía soberanista en el marco de la Constitución. Migrada y frágil, incierta, pero que dejaba clara la voluntad nacional de Catalunya en un marco más o menos federal. Ese día, la víspera de la final del Mundial de fútbol, había de todo. Muchas banderas 'estelades', es cierto, pero mucha gente que no participaba todavía de la posterior euforia independentista, sino de un deseo de reconocimiento democrático. Era, todavía, dolido y rabioso, casi desesperado, un "Escucha, España" que no entendía cómo se podía cerrar, y romper, aquella última (?) posibilidad de entendimiento.

Recuerdo que un niño exhibía como un trofeo una camiseta de Holanda (el rival de España en el partido decisivo) que llevaba a modo de protesta simbólica. Y recuerdo una familia, que después me ha expresado ampliamente su credo separatista, que deseaba que el día siguiente España ganara el Mundial. "Son los nuestros", decían. Este era el ambiente hace 10 años. Disperso y magmático. Después, vino lo que todos ya sabemos.