REGRESA EL MEJOR DE LOS BARÇA

Tranquilos, hay equipo, 'mister' y Messi

Griezmann, Suárez y Messi, en su noche triunfal.

Griezmann, Suárez y Messi, en su noche triunfal. / periodico

Emilio Pérez de Rozas

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Ya está, ya está, ‘ya tenim equip’. Y hasta entrenador ¿a qué sí? Ya pueden venir los Mossos a buscar la documentación que quieran. Ya pueden, por fin, digo yo, ocurrirá algún día, quién sabe, supongo, esos señores de Price Waterhouse Coopers, los auditores más lentos del mundo, a entregar su investigación. Da igual si se pagase sobreprecio en el ‘Barçagate’. Tenemos equipo, alineación, para ganar la Champions, pues con el VAR (Victoria Asegurada Realmadrid) es imposible ganar la Liga.

Hoy mismo, al mediodía, en Via Veneto, seguro, papá Messi reemprenderá las negociaciones para la renovación del niño con ‘papá’ Bartomeu, que ofrecerá el dinero que tiene y el que no tiene. Pero eso importa poco, lo que importa es que anoche, en en el campo de la Cerámica, frente al mejor equipo postcoronavirus, Messi demostró que, como centrocampista, puede jugar hasta los 40. En Barcelona, viviendo bajo el sol de ‘Castefa’ e, incluso, invitando a mate a su amigo Griezmann, que, mira por dónde, marcó uno de los goles de esta Liga, de vaselina, tras asistencia de taconazo (¡hombre, no fue el de Benzema, pero casi!) de Leo.

La revolución de Setién

Que dejen de preocuparse los culés, que ya tienen entrenador. Quique Setién, en medio del desespero, decidió renegar del más puro cruyffismo, ideó un 4-4-2 clásico, clasiquisímo, con los tres más firmes y duros mariscales de campo que tiene (Sergi Roberto ¡por fin en su posición!, Vidal, que falló un gol de escándalo, y el multiusos Busquets), para que el as argentino siguiese haciendo lo que quisiera pero, esta vez, sabiendo que por delante tenía dos finalizadores, que hicieron sus delicias.

Porque los dos golazos, el segundo y el tercero, vienen precedidos, cómo no, de otras dos genialidades de Messi, al que ya le importa poco la cuenta del 700 para adelante y regaló el segundo a su amigo Suárez, que lo metió, en plan plátano, por la escuadra izquierda de Asenjo y, el de Griezmann, que chutó de vaselina tras la cesión, de taconazo, de Messi. Esas dos eran las asistencias de gol de Messi nº 17 y nº 18, así que está a una de su récord, que son 19 en la temporada 2011-12.

Marcó, sí, pero hubo BAR

No fue, desde luego, invento alguno esa nueva posición de Leo haciendo lo que quisiera en el centro del campo. Él mismo, Messi, ya había ideado, hace años, esa posición la de falso centrocampista, como Pep Guardiola se inventó lo de falso 9. Casi todo lo de Messi ha sido falso, hasta eso de que se quiere ir a final del 2021 ¿verdad? Sííííííííí. Por eso, solo por eso, el festival de Vila-real se cerró con otro golazo de Messi, anulado, cómo no por el VAR, aunque esas cosas a Leo ya no le inquietan y menos el día que se da cuenta de que tiene equipo para soñar.

Lo de anoche, insisto, no tiene nada que ver con el déficit de 200 millones de euros de esta temporada, ni con los muchos millones de ese presupuesto récord de 1.047 del ‘mes que un club’, ni con perder la Liga, ni con el caos de fichajes y desfichajes, ni siquiera con la idea de venderse a Griezmann, que ya no se lo venden. Anoche gritaron que están vivos. Fue, sobre todo, un recuerdo de lo grandes (y bellos) que fueron.

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