EN CLAVE EUROPEA

Nuevas tensiones con Turquía

Erdogan, presidente de Turquía, y Michel, presidente del Consejo de Europa, en Bruselas.

Erdogan, presidente de Turquía, y Michel, presidente del Consejo de Europa, en Bruselas. / periodico

Eliseo Oliveras

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La política exterior del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que busca recuperar el apoyo electoral perdido con un nacionalismo expansivo neo-otomano, ha disparado las tensiones con sus aliados de la OTAN y con sus socios de la Unión Europea (UE). Dado el papel clave que Turquía desempeña en la protección del flanco suroriental de la Alianza Atlántica y en la contención de los refugiados e inmigrantes para la UE, Erdogan actúa como si pudiera permitírselo todo: desde apropiarse de aguas territoriales de Grecia y Chipre a amenazar fragatas francesas, pasando por instigar manifestaciones violentas en territorio europeo y perseguir judicialmente en la UE a periodistas exiliados.

La pasividad mostrada por la OTAN y la UE durante los últimos años parecen haber convencido a Erdogan de que es intocable, pese a su autoritarismo, la masiva represión de opositores y periodistas, las reiteradas provocaciones militares a Grecia, la compra a Rusia del sistema de misiles antiaéreos S-400 incompatible con la defensa aliada y la ofensiva militar contra las milicias kurdas, cuyo papel había sido decisivo para que Occidente derrotara a Estado Islámico (ISIS).

Francia abandonó el 1 de julio la misión de la OTAN <em>Sea Guardian</em> de vigilancia del embargo de armas a Libia para protestar por la tolerancia de la Alianza con los envíos masivos de armamento de Turquía al Gobierno de Trípoli, una de las facciones de la guerra civil libia, en contra de los acuerdos de la Conferencia de Berlín de la ONU sobre Libia del pasado 19 de enero.

Dos facciones

El Gobierno de Trípoli de Fayez al-Sarraj es el oficialmente reconocido por la ONU y la UE, pero sólo controla una parte de Libia, depende de las milicias islamistas radicales y es rechazado por el Parlamento de Tobruk, que a su vez también es considerado legítimo por la ONU y la UE. El Gobierno de Al-Sarraj cuenta con ayuda directa de Turquía, Qatar e Italia. La otra facción está encabezada por el general Khalifa Haftar, respaldado por el Parlamento de Tobruk y que controla la mayor parte del territorio libio. Haftar está apoyado por Egipto, Rusia, Emiratos Árabes y Arabia Saudí. Además de su riqueza petrolífera, Libia es una pieza clave para la seguridad de la UE, del Mediterráneo y de la mitad norte de África.

Francia denunció en el Consejo Atlántico de Ministros de Defensa del 17-18 de junio que el 10 de junio la fragata turca <em>Orucreis</em> amenazó a la fragata francesa <em>Courbet</em> para impedir la inspección del carguero <em>Cirkin</em> que transportaba armas para Trípoli. La OTAN prometió abrir una investigación, pero el informe final evita responsabilizar a Turquía. A cambio, Ankara levantó el 30 de junio el veto que mantenía desde hacía más de un año a la puesta en marcha del nuevo plan de defensa de Polonia y los países bálticos frente a una potencial agresión rusa. El embajador turco en Francia, Ismail Hakki Musa, afirmó ante el Senado francés que “sin Turquía, no habría más OTAN”.

"Responsabilidad criminal"

El presidente francés, Emmanuel Macron, acusa a Turquía de “responsabilidad criminal” por sus acciones en Libia, impropias de un país que “pretende ser miembro de la OTAN. Francia cree que los miles de yihadistas sirios enviados por Turquía a Libia y sus cargamentos de armas a las milicias islamistas amenazan la seguridad europea y fortalecen a los grupos yihadistas afiliados a Al-Qaeda e ISIS que operan en el Sahel y que multiplican los ataques en Mali, Níger, Chad, Burkina Faso, Nigeria y Camerún. Francia mantiene desde el 2013 una importante operación militar en el Sahel para contener esos grupos yihadistas que estuvieron a punto de conquistar Malí. Francia comenzó a facilitar apoyo a Haftar para desalojar a las fuerzas de ISIS y después de Al-Qaeda que controlaban ciudades libias, como Derna del 2014 al 2019.

Al mismo tiempo, Turquía mantiene una conflicto abierto con la UE por el intento de apropiarse de aguas griegas y chipriotas por su potencial riqueza en hidrocarburos y para sabotear un proyecto de gaseoducto europeo. El Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la UE del 13 de julio abordará la “cuestión turca” y Francia promueve adoptar nuevas sanciones. Turquía también se ha visto envuelta esta semana en un conflicto diplomático con Austria, después de que el ministro del Interior austriaco, Karl Nehammer, insinuara que Ankara podría haber instigado el violento ataque de residentes turcos contra una reunión kurda y contra la policía en Viena, mientras que Turquía se quejaba de que se hubiera reprimido a los manifestantes pro-turcos.

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