OPINIÓN

No todo ha sido malo en la pandemia: la de cumples infantiles que nos hemos ahorrado

FELIZ (Y original) CUMPLE_MEDIA_1

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Olga Pereda

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Angustia, incertidumbre, desconcierto, tristeza… La pandemia está siendo un volcán en erupción personal, laboral y sanitario. Pero también hay cosas buenas. Poco se está hablando de la gozada que ha implicado estar tres meses sin compartir mesa y mantel los domingos con la suegra. Y otra aún mejor: la de cumpleaños infantiles que nos hemos ahorrado. En la generación de padres y madres Que No Le Falte Nada A Mi Niño, los aniversarios de los hijos han dejado de ser fiestas para convertirse en competiciones con las que ganar puntos del carnet de padres. Peques que pasan por un 'photocall' como si fueran estrellas de cine, niñas de cinco años que se hacen la manicura y se someten a sesiones de belleza, sándwiches cortados con formas de estrellas y lunas, 'candy bar' a la entrada del jardín, sandías adornadas con palillos que asemejan la cabeza de un dinosaurio, 'cupcakes' con tiras de chocolate para imitar una tela de araña de Spiderman… Un infierno pagado a golpe de tarjeta de crédito. Qué razón tenía el ogro Shrek cuando explotaba de ira durante la barroca fiesta de cumpleaños de sus retoños en la cuarta película de la taquillera saga.

Quedan lejanos los cumpleaños de la generación EGB, esos en los que se reunían un pequeño grupo de chavales en la casa del cumpleañero. A falta de animadores profesionales, los críos jugaban solos. Y hasta se lo pasaban bien, según atestiguan los maravillosos y nostálgicos libros de Javier Ikaz y Jorge Díaz ('Yo fui a EGB'). Los peques merendaban bocadillos de chorizo, sándwiches de Nocilla y mediaslunas de fuagrás. En la mesa había también aceitunas, ganchitos, Fanta naranja y, por supuesto, una tarta con velas. El menú no era especialmente sano. En ese aspecto nada ha cambiado. En la era de los hiperpadres y los hiperniños [si alguien tiene dudas sobre el término, puede leer los didácticos ensayos de Eva Millet], los cumples tienen un menú igual de patético. No pasa de una infame pizza seca o una salchicha envuelta en pan que da pena mirarla. Eso sí, con la consabida barra libre de chucherías. Perdón, se llama 'candy bar'. Las golosinas son igual de infectas que en los años 80, pero ahora son más exóticas. Incluso algunas son ecológicas (risas locas) y otras tienen zumo de fruta natural (más risas locas). Todas se exponen en el 'candy bar' en hermosos tarros de cristal. 

Microchat del subchat

En Primaria suele haber selección de amigos. Pero la costumbre de Infantil es invitar a toda la clase. Toda. En otro capítulo hablaremos del microchat del subchat del chat general de madres que se organiza para el regalo.

Si alguien se desanima al ver la que se avecina con los cumpleaños infantiles, tres últimas cosas. Primero, intentad agrupar todos los cumpleaños por trimestres. Si no, viviréis un infierno de 25 cumpleaños al año y acabaréis como el ogro Shrek. La segunda, si te invitan a un cumple, tenéis que ir. ¿Te imaginas ser madre, organizar una fiesta para tu crío y que no vaya nadie? La tercera, relax. Entre tantos papás y mamás los hay igual de escépticos que tú. Igual de normales. Igual de majos. Igual de hartos de la hipercrianza. Agárrate a esos padres y madres. Te salvarán el cumple. Y la vida.

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