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La nueva televisión

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Mikel Lejarza

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Durante la pandemia, los medios de comunicación han demostrado no solo la enorme profesionalidad de sus empleados, sino también que se puede trabajar de modos menos costosos y sin embargo lograr que aumenten los consumos. Sí, por supuesto, era una coyuntura inaudita, pero en el futuro inmediato en el que todas las empresas van a tener que recortar gastos para sobrevivir, el ejemplo de las televisiones tanto en abierto, como de pago, va a ser esgrimido como muestra de que se pueden hacer las cosas igual de eficazmente, pero con menos recursos. Y este será uno de los debates, también para la radio y la prensa, que, como las corrientes marinas profundas, no se verá en la superficie, pero marcará el futuro más inmediato del sector de la comunicación.

Y habrá consecuencias. En las cadenas en abierto, por ejemplo, el alto costo de las series hará que disminuyan, mientras que aumentarán los programas basados en la palabra como concursos, 'talk shows', 'realities' e informativos. Son más baratos, conectan muy bien con las nuevas tecnologías a través de las redes sociales y al público le gustan. El deporte ya migró a las plataformas de pago hace tiempo y ahora le va a tocar a la ficción. La televisión en abierto se hará fuerte en la actualidad y el directo, y el resto de contenidos serán la base de las plataformas de pago. Claro está que habrá alianzas entre las dos orillas con el fin de abaratar costes; y que veremos series en abierto y 'talk shows' en pago, pero serán las excepciones. Antena 3, que hizo de la ficción su bandera competitiva, tiene ahora una programación diaria con cuatro concursos. Tele 5 mantiene un modelo casi propio de la radio con un magacín matinal, otro por la tarde y casi el mismo por la noche. El resto son informativos y esa extraña costumbre consistente en que los 'late night', aquí los emitimos en 'prime time'.

La televisión de la nueva normalidad es esta, empujada por la competencia de plataformas internacionales con inversiones inalcanzables en ficción y ahora obligada por la crisis económica provocada por el coronavirus; es tiempo de hablar de la actualidad, de jugar y conectar en directo con la vida. Un modelo sostenible y práctico para adaptarse a las nuevas circunstancias. Cuando dentro de unos pocos años cadenas en abierto y plataformas internacionales de pago comiencen a competir por la publicidad obligados por la necesidad de crecer o desaparecer, esa será otra batalla. Ahora, como en las playas en verano, habrá reparto de espacios y distancias prudentes.

Aaron Sorkin escribió un episodio memorable de su serie 'Studio 60 en Sunset Strip' en el que, ante la necesidad de incrementar los ingresos, los productores de un programa de comedia, olvidando que su tarea era la de hacer buenos chistes, arriendan el plató para hacer espots publicitarios. En uno de ellos una culebra contratada para un anuncio se escapa y para lograr atraparla se ven obligados a traer hurones y coyotes, lo que llama la atención de sindicatos y

asociaciones de defensa de los animales que demandan al programa, mientras el público huye al saber que hay un reptil suelto por el plató. Al final el costo de arreglar el lío resultó superior a los ingresos atípicos. En los próximos meses habrá ideas geniales como esta y alguna culebra se escapará, porque siempre hay quien ensimismado en la lógica reducción de los costes olvida que lo esencial es elevar el nivel de las historias, no abaratarlas. Que se trata de mejorar los argumentos, no de subir la voz.

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