Acceso desigual

La(s) brecha(s) digital(es)

Se ha exigido a los docentes que intentaran hacer escuela a través de la pantalla como si una cuenta de Zoom y un poco de buena voluntad de padres y maestros fuera un aula

Una estudiante prepara sus clases 'online' en su casa de Madrid durante el confinamiento.

Una estudiante prepara sus clases 'online' en su casa de Madrid durante el confinamiento. / periodico

Mar Calpena

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¿Dónde está leyendo usted este artículo? Sé que lo más probable es que sea en un dispositivo móvil. Según el estudio Digital News Report 2020 del Reuters Institute, publicado recientemente, hay un 73% de posibilidades de ello. Los periodistas damos como un hecho inexorable que el papel va por el camino de los dinosaurios, pero sin embargo, si quiero que mi madre, mayor, hoy me lea tendrá que bajar al quiosco o tendré que hacer la trampa de pegarle este texto en el cuerpo de un mensaje de Whatsapp. Hace unos días nos enteramos de la historia de Joaquín Carmona. Uno de los tuiteros más populares del atletismo había 'desaparecido' porque vive en la calle y no tiene donde cargar su ordenador. Y no entraremos en cómo se han agudizado las dificultades para cualquier trámite burocrático; un carnet de identidad perdido en plena campaña de la renta deviene en un periplo kafkiano. El mundo digital puede ser tan inhóspito como el tangible, por mucha utopía que nos vendan.

La casualidad ha querido que también apareciera otro estudio que complementa al del Reuters Institute. Este lo ha elaborado M4social, la plataforma de la Taula d’Entitats del Tercer Sector, y habla sobre el uso de internet en las personas atendidas por las entidades sociales. Una de cada cinco, por ejemplo, no tiene acceso a redes, bien sea por no poderse permitir la conexión, por no saber hacerlo, o por tener el acceso fuera de casa. Un 20% no tiene ordenador. Y sí, en ese 20% se incluyen todos esos niños, adolescentes y jóvenes que esperamos que aprendan a través de una pantalla si hay un rebrote.

Pero no se trata solo de la dificultad de acceso a las redes; se ha exigido a los docentes que intentaran hacer escuela a través de la pantalla como si una cuenta de Zoom y un poco de buena voluntad de padres y maestros fuera un aula. Estas dificultades obedecen a la pandemia, sí, pero también tienen mucho que ver con la incapacidad de los poderes públicos para aceptar que estas brechas existen, y, lo que es peor aún, para solucionarlas.

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