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Prudencia en la fase final

El avance a la fase 3 en toda Catalunya confirma la buena actuación a nivel ciudadano e institucional, pero obliga a no bajar la guardia

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No ha sido necesario esperar al fin del estado de alarma, previsto para este domingo, para que toda Catalunya entre, este mismo jueves, en la decisiva fase 3 que, entre otras cosas, prevé la flexibilización de la mayoría de medidas restrictivas y que, especialmente, permite la movilidad en todo el territorio catalán y «una gobernanza plena» de la situación, tal como ha sido definida por el Ejecutivo español. La Generalitat, una vez recuperadas las competencias, tiene prevista la implantación de la llamada 'nueva normalidad' con un diseño propio de la última fase de la emergencia a partir de los criterios racionales ya conocidos (distancias sociales de seguridad, uso de mascarillas, medidas de higiene y protección), pero con un sello propio de la Administración catalana. No será hasta la medianoche del sábado al domingo cuando, de facto, se podrá viajar entre autonomías, pero la entrada de Lleida, Barcelona y el área metropolitana en el último tramo del desconfinamiento representa ciertamente una variación sustancial de las circunstancias en las que hemos vivido estos tres últimos meses. 

Como había reclamado la alcaldesa  de Barcelona, Ada Colau, y como había solicitado el Govern ante el Ministerio de Sanidad, de la reunión entre el ministro Salvador Illa y la ‘consellera’ Alba Vergés se ha derivado el avance a la fase 3 antes de lo previsto y a diferencia de lo que ocurre en la Comunidad de Madrid. Principalmente, porque la evolución de los factores de riesgo epidemiológico ha ido a la baja de manera notable, y por la baja incidencia de nuevos casos y de la tasa de contagio, indicadores de que Catalunya ya está en condiciones de afrontar una nueva etapa, «porque las cosas se han hecho correctamente y ha habido una actitud de prudencia» Son palabras del ministro de Sanidad y son, también, el ejemplo de una elogiable colaboración entre administraciones, con un tono de respeto mutuo. Cabe resaltar, en este sentido, que la gestión de la crisis epidémica ha tenido muchas fases y que no siempre ha habido sintonía institucional, con sesgos ideológicos y partidistas. Será necesario valorar la responsabilidad de cada uno de los actores políticos, pero también conviene destacar que, en las últimas semanas, Catalunya ha actuado con la prudencia que ha citado el ministro. 

Más allá de las cuestiones estrictamente sanitarias, las más decisivas, el adelanto a la fase 3 también responde a criterios de seguridad de la población ante la perspectiva de la inminente verbena de Sant Joan. Para evitar un previsible colapso en las carreteras, con la extensión de la movilidad, el hecho de que pueda llevarse a cabo la operación salida –de hecho, el inicio de la temporada estival– de manera escalonada tiene como objetivo minimizar unos riesgos que no solo se darán en la red viaria sino en la propia percepción que la ciudadanía pueda tener sobre el fin de este periodo excepcional. 

A pesar de la buena noticia que significa la entrada en la 'nueva normalidad', conviene ser cautos y precavidos, ejercer la prudencia desde la responsabilidad individual, con la asunción de unas medidas que no deben contemplarse como una imposición normativa sino como una necesidad colectiva. El rebrote del virus que se ha dado en <strong>China</strong>, por ejemplo, o los auspicios de los especialistas sobre posibles crisis futuras, deben escudarnos contra una relajación que, siendo previsible, no debería convertirse en una pauta. Debemos recordar que el virus sigue presente y que el impulso a la economía, y sobre todo al sector turístico, es compatible con seguir manteniendo las medidas de prevención para evitar repuntes indeseables. Una rápida detección, a través del impulso de los PCR en la asistencia primaria, y acciones contundentes en caso de rebrotes, serán instrumentos decisivos en el futuro inmediato. Y la disciplina social, que no tiene por qué ser enemiga de una celebración aun tímida pero esperanzadora. 

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