LA CLAVE

Útiles e inútiles

Los ciudadanos saben bien qué se juegan en este momento crítico. Lo saben extremadamente bien: muchos de ellos lo acaban de perder o están en trance de perderlo

zentauroepp53747539 gunnar ericsson pele200613203502

zentauroepp53747539 gunnar ericsson pele200613203502 / periodico

LUIS MAURI

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La <strong>amenaza sanitaria</strong> afloja después de tres meses estremecedores. Los barceloneses desbordan las <strong>playas </strong>de la ciudad. ¿Qué empuja a esa marea humana hacia el rompiente urbano del Mediterráneo? Puede haber inconsciencia, quizás insolidaridad. O bien un ansia inaplazable de acabar con esta pesadilla, una urgencia salvífica paradójicamente afín a la de la confesión católica: la sanación subjetiva del mal.

La crisis sanitaria remite, pero la monstruosa <strong>devastación económica</strong> reserva su peor rostro para la segunda mitad del año. Nunca se había visto una quiebra económica global de la velocidad e intensidad de esta. En este punto, solo hay dos roles políticos, sociales y económicos posibles. Cada cual puede elegir: ser útil o ser inútil. Como gustaba de repetir el sueco Gunnar Ericsson (1919-2013), enlace del COI con la organización de los Juegos Olímpicos de Barcelona: "El mundo se divide en solucionadores y complicadores".

Las encuestas son abrumadoramente coincidentes: los ciudadanos repudian la ira política que atruena sobre la memoria de más de 27.000 muertos y la realidad desesperante de millones de parados. Los ciudadanos exigen algo básico pero escaso: responsabilidad política y altura de miras.

Solución o problema

La voluntad de la Unión Europea (una voluntad ciertamente desusada en la última década larga) de afrontar esta crisis con un <strong>programa solidario de reconstrucción</strong> achica el campo de los complicadores y abona el de los solucionadores. La disyuntiva es perentoria: formar parte de la solución o del problema. La opinión pública no parece dispuesta hoy a contemporizar con más aspavientos espurios. Los ciudadanos saben bien qué se juegan en este momento crítico. Lo saben extremadamente bien: muchos de ellos lo acaban de perder o están en trance de perderlo.

Suscríbete para seguir leyendo