LA CLAVE

Ruido en el Parlamento

La gestión de la pandemia merece una profunda investigación, pero hoy una comisión constructiva, que esclarezca qué decisiones fueron correctas y cuáles no, se antoja imposible

Pedro Sánchez interviene en el Congreso, en la sesión de control al Gobierno del 10 de junio

Pedro Sánchez interviene en el Congreso, en la sesión de control al Gobierno del 10 de junio / periodico

Joan Cañete Bayle

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Es difícil de discutir que la gestión del Gobierno español (de todos los países, de hecho) de la pandemia del covid-19 merece una profunda investigación. Vista la magnitud de la crisis sanitaria, humana, económica y social es imperativo estudiar qué, cómo, cuándo y por qué se hizo. Debemos saber qué decisiones fueron correctas y cuáles no, y de qué recursos y herramientas deben dotarse todos los niveles de la Administración en caso de que el país deba afrontar una emergencia similar.  Se trata, pues, de una investigación cuyo espíritu debe aunar la crítica constructiva, la voluntad de extraer lecciones, la exigencia de responsabilidades por el trabajo mal hecho y el reconocimiento por el bien hecho.

También tiene poca discusión que el espacio natural para esta investigación es el Parlamento. El problema es que es quimérico pensar que el Congreso hoy pueda afrontar esta tarea. El juego político se ha deteriorado tanto entre bronca y bronca, cortoplacismo y estrechez de miras que una comisión de investigación constructiva sobre la gestión de la pandemia se antoja imposible.

Es un problema muy grave que el legítimo juego partidista se haya pervertido hasta generar de facto un bloqueo institucional que priva al país de una investigación tan urgente como necesaria. El escenario se repite en los parlamentos autonómicos (donde habrá que hablar mucho, por ejemplo, de la gestión de los geriátricos) y también en muchos ayuntamientos. Salvo honrosas excepciones (no todos los políticos son iguales, pero todos sí acaban engullidos por el ruido, la furia y la disciplina de partido), los participantes en una comisión de investigación no buscan esclarecer hechos, sino ganar tantos políticos a costa del adversario. Es comprensible y sano cierto nivel de pugna partidista e ideológica, pero en este momento tan grave el Parlamento debería dar ejemplo, y no ser motivo de vergüenza para muchos ciudadanos como demasiado a menudo sucede. 

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