Irene Lozano, la experta inesperada

No será lo mismo, pero la liga ha vuelto. Sin público, con estrictos protocolos de seguridad, sin apenas periodistas y con opciones de audio y publico virtual en la tele por si  resulta poco atractivo. Pero rueda el balón.

Un trabajo de casi tres meses en el que Javier Tebas, habrá que reconocérselo, ha tenido un papel decisivocreando protocolos, solventando las dificultades que se iban presentando y manteniendo el trabajo y la fe en los tiempos más duros de la pandemia, cuando todo invitaba a bajar los brazos, como hicieron los vecinos franceses incluso con cifras menos duras de contagios y fallecidos.

No ha sido el único actor en esta película. Nombrada a finales de enero presidenta del CSD, sin apenas conocimiento del mundo del deporte ni de sus intrigas y reinos, el papel de Irene Lozano en esta reanudación del campeonato ha resultado decisivo. Como lo sigue siendo cada vez que se plantea alguna disyuntiva, la última, la de la entrada de público en los estadios.

Todos contentos

Lozano salió al cruce -"no se puede ir a los estadios y los clubes son responsables de que no haya aglomeraciones"- y recordó que es el CSD quien tiene la última decisión al respecto, aunando criterios sanitarios y deportivos.

Sí, aunque parezca increíble, han sido el ministro  Illa y la presidenta del CSD, y no la liga, quienes han puesto sobre la mesa que la equidad de la competición no se puede ver alterada, cosa que sucedería si en unos estadios entra público y en otros no. De perogrullo.

Irene Lozano terminó con la escalada verbal entre Liga y RFEF con el pacto de Viana. Recuperó la gestión del dinero que la liga cede a otros deportes a través de la nueva Fundación España Deporte Global incrementándolo  notablemente.Aumentó del 1 al 2% la participación de la RFEF en los derechos audiovisuales del fútbol. El gobierno a través del CSD ha posibilitado el regreso de la competición profesional y la RFEF ha recibido luz verde para convocar elecciones el 17 de agosto.

Todos contentos y calladitos tras años de guerra sin cuartel. Cosa de Irene. La experta inesperada.