Al contrataque
Virus, demandas y derecha
A la grandeza del personal sanitario, hay que contraponer la miseria moral de la derecha oportunista
Xavier Sardà
Periodista
Es licenciado en Ciencias de la Información, con una amplia trayectoria en radio y televisión. Su actividad se centra actualmente en tertulias de carácter político.
Xavier Sardà
Una cosa es el virus y otra son las reacciones políticas. A la grandeza del personal sanitario, hay que contraponer la miseria moral de la derecha oportunista. Se está ahora en el escarnio oratorio y judicial. Las demandas y la retórica catastrofista se dan la mano en un renqueante merodeo malsano.
A la hora de fagocitarlo todo, no se distingue al adversario político del equipo científico. El PP es un partido católico que no entiende cómo Dios le ha brindado la oportunidad a Sánchez de hacer frente al virus. Casado tiene que renegar del estado de alarma, restregarse entre las cifras de los fallecidos, y lucir trastornado el tricornio acharolado.
Que las querellas, fructifiquen o no, alcancen precisamente a los que han luchado contra el covid sería una paradoja en un país centrado. <strong>Que haya querellas contra Fernando Simón es intelectualmente insalubre, </strong>pese a los errores que se hayan podido cometer.
Críticas circenses
Estamos hablando de un médico epidemiólogo director desde el 2012 del Centro de Coordinación de Alertas Sanitarias del Ministerio de Sanidad. Se enfrentó al virus del ébola en el 2014 con un Gobierno en España del PP. Su trayectoria, sus viajes y sus premios no caben en este artículo. Da igual, también a él le llegan las críticas circenses de los gladiadores de la contrarreforma derechista. No sé por qué se consideran conservadores si están dispuestos a cargárselo todo. Si le quitan fuerza moral al estado de alarma y a los que han luchado contra la pandemia, que no se escandalicen después de los botellones.
Sin duda, estoy siendo subjetivo, pero lo soy a conciencia porque es inaceptable que Vox toque la trompeta y Casado se suba al taburete. Marchaos a paseo y dejad de aprovechar una situación sanitaria sin precedentes para hacer vuestra política de tanatorio. Algún día ganaréis, pero desde luego, no convenceréis. Por cierto, las residencias de ancianos también pesan en vuestra conciencia.
Lope de Vega: «¡Ay, dulce y cara España / madrastra de tus hijos verdaderos, / y con piedad extraña / piadosa madre y huésped de extranjeros».
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