PECCATA MINUTA

El quinto: matarás

Trump, después de gestionar el coronavirus como las residencias catalanas, ahora quiere matar saqueadores a cañonazos

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Joan Ollé

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El Iván Redondo de Donald Trump tuvo una idea: mostrar al planeta a su jefe blandiendo un ejemplar de la Biblia de mesita de noche de hotel; tal vez la urgencia del mensaje no le hizo reparar en que el libro más leído del mundo, con el Corán y el 'Quijote' pisándole los talones, está lleno de odios, matanzas y plagas. Si se hubiese tomado su tiempo, tal vez la imagen elegida hubiera sido la del teñido presidente -como Charlton Heston en el Sinaí- en lo alto del Empire State Building -como King Kong- mostrando la tabla de sus nuevos diez mandamientos. El quinto: matarás.

Dicen que hay que ser norteamericano para comprender las razones de los votantes de Trump, pero también existen por nuestros pagos hombres y mujeres del 'Far West' que están por la ley del rifle contra lo diferente o extranjero. Lo que más separa a Europa de Norteamérica, Atlántico aparte, es, en palabras de George Clooney, que “la ira y la frustración que vemos una vez más en nuestras calles es solo un recordatorio de lo poco que hemos crecido como país desde nuestro pecado original de la esclavitud. Esta es nuestra pandemia. Nos infecta a todos y en 400 años todavía no hemos sabido encontrar una vacuna".

Ya sabemos cómo son las comparaciones, pero en nuestro 'procés' también se temía o anhelaba un muerto, que por fortuna no existió. El antirracismo americano ya lo tiene en la figura de George Floyd, afroamericano de 46 años nacido en Houston, Texas. ¿América para los americanos? El asesinato de Floyd lleva al de Luther King, así como la rabia incontenida y la creciente miseria conducen a quemar coches y a destrozar escaparates y comercios.

El pandémico presidente, después de gestionar el coronavirus como las residencias catalanas, ahora <strong>quiere matar saqueadores a cañonazos</strong>, y hasta la pérfida CIA, tan criticada desde dentro en las series de Netflix, Movistar, Amazon, HBO... se pregunta si no es a él a quien habría que detener por mear gasolina en las hogueras. La CIA, guste o no, es una central de inteligencia, término que el patoso Donald solo sabe aplicar a sus intereses particulares. Si Norteamérica le vuelve a votar, China y Rusia serán dos paraísos terrenales. 

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