Dos miradas

Miserables

Los argumentos de Vox contra el ingreso mínimo vital son repugnantes. Así, sin subterfugios. No los merecen

El portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros.

El portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros. / periodico

Emma Riverola

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Miserable tiene dos acepciones: extremadamente pobre y canalla. El ingreso mínimo vital (IMV) ha conseguido aunar ambas. A las personas más vulnerables, las que se les torció la vida, pero también a los más ruines, los que usan la política para alentar el odio con sus mentiras envenenadas. Vox es el único partido que se opone frontalmente al IMV. Y sus argumentos son repugnantes. Así, sin subterfugios. No los merecen.

Ruines son sus argumentos, despreciables sus tácticas. El portavoz de Vox en el Congreso decidió hacer un “contrallamamiento” y lanzó un mensaje a los inmigrantes: “No vengan”, “el dinero que hay es para los españoles”. Según Vox, el IMV provocará un “efecto llamada”. Es falso. Absolutamente falso. Porque, entre otros condicionantes, para cobrar el IMV es necesario “tener residencia legal y efectiva en España de forma continuada durante el año inmediatamente anterior”. Vox pronunció el mensaje también en inglés y francés, para que "se entienda bien”. Y se entendió perfectamente. Es el mensaje del odio, sustentado con los peores embustes y siempre cargando sobre los más débiles. Miserables.

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