Muere el historiador de la Nova Cançó

Jordi Garcia-Soler, cronista de la Barcelona 'progre'

Estuvo muy próximo, como amigo y confidente, a Joan Reventós y era defensor de la 'tercera vía'

Jordi Garcia-Soler

Jordi Garcia-Soler / periodico

Joan Tapia

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Ha muerto, a los 73 años, Jordi Garcia-Soler. Empezó a escribir a los 17 años y desde entonces ha estado ligado -desde posiciones distintas- al mundo periodístico. Y seguía escribiendo hasta pocas horas antes de morir de un ataque al corazón el pasado domingo.

Garcia-Soler ha sido, ante todo, un hombre afable, culto, de una curiosidad universal. Un testigo excepcional de la Barcelona progresista y del movimiento catalanista desde los sesenta. Su programa 'Conversa amb…', de entrevistas a fondo con personajes tan relevantes como diferentes en Catalunya Ràdio será clave para analizar nuestra historia reciente.

Garcia-Soler hizo de periodista, de cronista, pero también fue un hombre comprometido. Era una personalidad con muchas facetas imposibles de resumir. Escogeré tres. 

Protesta y reivindicación

La primera es la de cronista de la juventud de los sesenta y de los setenta que despertó a la vida junto a la protesta democrática y la reivindicación catalanista. Garcia-Soler -desde 'Serra d¿Or', 'Tele/eXprés', e incluso 'La Vanguardia' gracias a su amistad con Horacio Sánnz-Guerrero- fue un cronista de aquel momento en el que todo estaba por hacer y se creía que todo era posible. Quizás sus artículos sobre la Nova Cancó, que seguía día a día y a la que dedicó varios libros, es su aportación más conocida. Y todo aquello era muy cercano al eslogan “Llibertat, Aministia i Estatut d¿Autonomia” que unió a la oposición democrática al final de la dictadura.

Pero sabía también que la protesta debía desembocar en una democracia en la que serían precisos partidos fuertes que encarnaran las grandes corrientes de opinión. Y esta es otra faceta de su personalidad ya que, como amigo y confidente de Joan Reventós, tuvo mucho que ver con la evolución del izquierdista Moviment Socialista de Catalunya (MSC) a Convergencia Socialista, al PSC-Congrés y finalmente a la federación del socialismo catalán con el PSOE. Conozco por él las espinosas interioridades de aquel momento. Garcia-Soler fue clave en la mutación de un socialismo radical en un partido amplio y plural que se federó con el PSOE y entroncó -no sin cierto desgarro- con la socialdemocracia europea.

Garcia-Soler creó la oficina de prensa del PSC y la dirigió hasta 1982, hasta que Joan Reventós fue nombrado embajador en París por el primer Gobierno de Felipe González. Después siguió vinculado al PSC desde otras posiciones. Fue miembro del Consejo de la Corporación Catalana de Medios de Comnicación. Pero una de sus cualidades -difícil de encontrar- era que su militancia no le hizo perder ni el ingenio ni la independencia de criterio.

Ni inmovilismo, ni separatismo

La tercera faceta a destacar es que su catalanismo radical iba unido a la convicción profunda de que el autogobierno catalán solo podría dar frutos en el marco de una España asentada y constitucional. Si el catalanismo se separaba de la izquierda española -por graves que fueran los errores de Madrid- al final todo iría en detrimento del autogobierno y de la democracia. Por eso creía que el independentismo era un camino equivocado, lo que no dejó de comportarle disgustos con amigos de muchos años. Y por eso no dudó en defender las tesis de la tercera via: ni inmovilismo, ni separatismo.

Garcia-Soler defendió sus ideas, pero también fue un gran abogado de la pluralidad. Intuía, quizás porque empezó a escribir en plena dictadura, que solo un país plural puede ser libre y próspero.

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