DOS MIRADAS

Dos bandos

El cierre de la planta de Nissan en Barcelona ha servido para cargar contra Sánchez y encajar, con calzador, filias y fobias ideológicas

Trabajadores de Nissan protestan por el cierre de la planta de la Zona Franca, ante un concesionario de la marca en Granollers, el 29 de mayo

Trabajadores de Nissan protestan por el cierre de la planta de la Zona Franca, ante un concesionario de la marca en Granollers, el 29 de mayo / periodico

Emma Riverola

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Tan pronto como Nissan confirmó que cerraba sus fábricas catalanas,  Carles Puigdemont escribió en Twitter: "El cierre de Nissan es un golpe muy duro para miles de familias y negocios, para el país entero. @sanchezcastejon creyó que lo resolvía con una conversación en Davos. Y se vanagloriaba. Parece evidente que el interés que puso en combatir el 1 de octubre no lo puso en salvar Nissan". 

Santiago Abascal (Vox) tuiteó: "El Gobierno no escuchó a los trabajadores, como no escucharon a los agricultores de la naranja. Hoy vemos las consecuencias: 500 posibles despidos en Alcoa que se suman a los más de 3.000 directos en Nissan. Ellos prefieren la propaganda ecológica a la realidad de los españoles".

Ni Pedro Sánchez era presidente cuando el 1-O ni el cierre de Nissan tiene nada que ver con la ecología. Dos tuits y el mismo esquema: apoyo a los trabajadores, carga contra Sánchez y encaje, con calzador, de las filias y las fobias ideológicas. Lo cierto es que tanto el Gobierno como el Govern han tratado de evitar el cierre y ambos están comprometidos en la búsqueda de soluciones. Luz y sombra. Verdad o mentira. Este es el único bando. 

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