LA CLAVE

De mal en peor

Es más que evidente que la estrategia política pasa por minar la legitimidad del contrario e incluso por destrozar su reputación

El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, y el presidente de la Comisión para la Reconstrucción, Patxi López, al inicio de la comparecencia del líder de Podemos, el 28 de mayo en el Congreso

El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, y el presidente de la Comisión para la Reconstrucción, Patxi López, al inicio de la comparecencia del líder de Podemos, el 28 de mayo en el Congreso / periodico

Rosa Paz

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Aunque cueste darse cuenta, en los últimos días ha habido al menos dos buenas noticias. Eclipsadas por la conmoción causada por el anuncio del cierre de Nissan y el estruendo de la bronca política, cada vez más infecta, la Comisión Europea presentó un esperanzador plan de 750.000 millones para la recuperación económica tras el confinamiento y el Gobierno aprobó la renta mínima vital para ayudar a los más necesitados. Dos medidas que permitirán soportar mejor la crisis y tratar de salir de la depresión económica que ha provocado la pandemia.

De ninguna de estas dos medidas se habló en los debates parlamentarios de la semana donde primaron el exabrupto, la arrogancia y la estrategia de acoso y derribo y se olvidó más que nunca hacer mención a los problemas que afectan a los ciudadanos. Los portavoces políticos, elegidos en las urnas por esa ciudadanía a la que representan, prefirieron hacer exhibición de una embarrada lucha libre política a ocuparse de las colas del hambre, de los problemas para relanzar los pequeños negocios o del paro al que están condenados centenares de miles de españoles. Ni a eso ni a transmitir un hálito de esperanza en base a las pocas noticias positivas que se producen.

Por el contrario, los ciudadanos asistieron a un espectáculo desolador, que sobrepasó casi todos los límites y que no puede causar más que desconsuelo y desaliento. Es más que evidente que la estrategia política pasa por minar la legitimidad del contrario e incluso por destrozar su reputación, como si erosionar al Gobierno o menoscabar a la oposición fuera lo más importante, mientras los gravísimos problemas sanitarios y económicos que asolan al país siguen ahí.

"¿Para qué venimos aquí? -estalló Patxi López, presidente de la Comisión para la Reconstrucción- ¿Para reproducir insultos? ¿Es que no hemos entendido nada de lo que demanda la ciudadanía?". Pues eso.

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