Análisis

¿Quien gobierna la salud global?

Un acuerdo en Londres sería un paso decisivo para empezar a llenar el vacío y demostrar que la decisión de Trump queda en el capricho de un líder errático

El presidente de EEUU, Donald Trump, antes de firmar la orden ejecutiva contra Twitter.

El presidente de EEUU, Donald Trump, antes de firmar la orden ejecutiva contra Twitter. / periodico

Rafael Vilasanjuan

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A medida que se va abriendo la puerta, parece como si el virus hubiera perdido fuerza, se rebaja el temor al contagio, incluso al posible repunte que todos los epidemiólogos dibujan en el horizonte. Pero mientras aquí - por ahora- parece que remite,el coronavirus hace estragos en Latinoamérica, aumenta en Rusia y seguimos pendientes de un repunte que podría ser catastrófico en África, en tanto que EE.UU. supera la cifra de muertes de sus peores cálculos. El virus sigue siendo hoy por hoy el principal problema de seguridad global.

Si hubiéramos aprendido algo, estaríamos construyendo una nueva arquitectura multilateral, para hacer frente de manera conjunta a esta amenaza. Pero la respuesta unilateral, como si las fronteras sirvieran por naturaleza para frenarlo, sigue guiando con miopía la visión deun mundo con escasos liderazgos. Lo peor es que los países con mayor demografía, desde la India y China a Brasil o EE.UU. los que deberían promover un nuevo multilateralismo, van en contra dirección.

La postura mas radical ha sido la declaración de Donald Trump de abandonar la Organización Mundial de la Salud, precisamente cuando es mas necesaria. Es cierto que la OMS ha tenido graves errores en la gestión de esta pandemia. Tardó en acceder a la información cuando el virus irrumpió en China; no presionó públicamente a las autoridades del gigante asiático y como consecuencia la declaración oficial de la pandemia llegó con demora. La salida de EE.UU. no obstante es una cortina de humo que lejos de mejorar el panorama de las posibles soluciones, lo empeora. Las organizaciones multilaterales no tienen poder sobre los estados, pero de la misma manera su función tampoco es contentarlos. Lo que ha hecho Trump es lo mismo que el niño que coge la pelota y se va a casa, porque no le gustaba como iba el partido,pero al mismo tiempo revela un vacío ¿Quién gobierna la salud de todos?

Si EE.UU. quería hacer mas efectiva su presencia tenía que haber apostado por forzar una investigación sobre los errores de esta crisis, en vez de dejar vía libre a su gran rival chino para que todo se diluya. Ha tirado por la vía contraria cuando sabemos que la respuesta segmentadasolo ha hecho mas fuerte al virus y mas largo su viaje. Con su decisión Trump quiere poner en evidencia el fracaso de la gobernanza mundial, intuyendo tal vez que él pudiera dar mejor respuesta, pero al mismo tiempo su decisión urge a no perder tiempo para empezar a construir un modelo alternativo. Ahora el reto es la salud de todos y ahí es donde el próximo jueves en Londres, la cumbre mundial de inmunización, puede dar un primer paso para empezar a construir un nuevo multilateralismo más fuerte, inclusivo y con voluntad de no dejar nadie atrás en cuanto se descubra la vacuna. Un acuerdo sería un paso decisivo para empezar a llenar el vacío y demostrar que la decisión de Trump queda en el capricho de un líder errático, mas que en su ilusión de que es él quien decide y gobierna.

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