TRIBUTO EN LA DESESCALADA

En memoria de todos ellos

Desde Prensa Ibérica, nuestro reconocimiento a quienes ya no están y a todos aquellos que con su coraje y dignidad nos han puesto de nuevo en pie

En memoria de todos ellos

En memoria de todos ellos / periodico

Javier Moll

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Sin previo aviso y con una crueldad indescriptible, el destino ha puesto a prueba a la humanidad en este año 2020. Miles y miles de personas han fallecido en España por culpa de un virus traicionero que nos sorprendió cuando creíamos estar a salvo de pandemias como las que golpearon a Europa en la Edad Media.

Resistiremos y venceremos. Recuperaremos la normalidad. Regresaremos a nuestros puestos de trabajo, a nuestros proyectos, a nuestras ilusiones. Retomaremos el pulso económico y, más adelante, volveremos a llenar los teatros, las salas de cine y los estadios de fútbol. Y volveremos a sonreír sin mascarilla… pero nadie nos devolverá ya a las miles de personas que se han marchado, dejando en sus familias y en sus amistades una huella irremplazable, un reguero de dolor y de emocionado recuerdo.

Desde Prensa Ibérica, nuestro reconocimiento hacia todos ellos, y nuestro afecto hacia sus seres queridos. Nuestros periódicos, que en primera página lucen estos días de luto oficial un crespón en señal de duelo y homenaje, han sido en las últimas semanas testigos de un drama inenarrable.

Ancianos, niños y adultos

Deseo con estas palabras expresar mi más profundo respeto a nuestros mayores, que tanto han sufrido los peores efectos de la pandemia. Dadas las circunstancias, muchos  de ellos se marcharon en soledad en un duro trance que hemos vivido con una insoportable impotencia. Vaya desde aquí mi admiración y nuestra gratitud a esa generación que tanto luchó por el progreso y el bienestar que, como sociedad, hemos logrado y que tanto hizo por consolidar la democracia y la convivencia de la que hoy disfrutamos en España.

Mi reconocimiento también a nuestros niños y adolescentes que, confinados en casa y a menudo sin llegar a comprender la dimensión del problema, han aceptado con serenidad unas normas que, por el bien común, les han apartado de sus clases, sus juegos y sus amigos.

Es también digna de encomio la madurez con que, en general, han afrontado las dificultades los adultos. Unos quedándose en casa al cuidado de los suyos y otros, por su profesión, asumiendo riesgos y yendo a trabajar para garantizar a los demás los servicios esenciales.

Ola de solidaridad

Gracias a los médicos y enfermeros, a los transportistas, a los agricultores y ganaderos, a los cajeros de supermercado, a los miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Gracias sin excepción a todos los profesionales que, con su labor, han garantizado nuestros servicios básicos en pleno estado de alarma. Y gracias también, por supuesto, a nuestros periodistas, que no han faltado nunca a su compromiso con los lectores y han protegido, con su esfuerzo y dedicación, el derecho a la información de los ciudadanos en una coyuntura ciertamente compleja.

En medio de tanta adversidad, la ola de solidaridad a la que hemos asistido en los últimos 80 días es motivo de orgullo colectivo. Las iniciativas vecinales para asistir a los más desfavorecidos, las ayudas puestas en marcha por administraciones, fundaciones y entidades de todo tipo, las numerosas donaciones que han realizado las empresas y las acciones que, en general, ha impulsado la sociedad civil para aliviar el duro impacto de esta crisis nos recuerdan que la generosidad es también inherente a la condición humana.

Me produce satisfacción que Prensa Ibérica haya contribuido al bien social no solo a través de una cobertura informativa permanente y de calidad sino también de proyectos que han ayudado a los demás. Nuestros periódicos y revistas, por ejemplo, se han distribuido de forma gratuita en el hospital de campaña de Ifema, al que también se ha donado libros de Alba Editorial.

Los lectores han contado de forma gratuita con un servicio telefónico para resolver sus dudas médicas y un consultorio de psicología para asistir a quienes lo han necesitado durante este tiempo. Y hemos dado también voz, entre otros muchos colectivos, a los trabajadores autónomos y pequeños empresarios que, con tanta incertidumbre, han vivido el parón de la actividad.

En Prensa Ibérica creemos en el ser humano. Estamos convencidos de que, juntos y con la determinación que nos caracteriza, saldremos adelante y derrotaremos al virus.

Caímos al suelo, es verdad. Pero el coraje y la dignidad de nuestra sociedad civil nos han puesto de nuevo en pie. Toca levantarse, sacudirse el polvo y volver a caminar. Toca reinventarnos en un mundo que, como consecuencia de esta crisis, va a cambiar.