Golpe de Gobierno

Presidenta Calviño

La fenomenal zapatiesta que libró a la parroquia por unos días del estado de pandemia permanente no se refiere al apoyo filoetarra, sino a la necesidad de mantener casi íntegra la reforma laboral de Rajoy

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Matías Vallés

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Pedro Sánchez y Pablo Iglesias pactan con Bildu, maldito sea por siempre su nombre, la derogación íntegra de la reforma laboral de Rajoy. Dado que este enunciado es demasiado largo, se abrevia en 'Pactan la derogación de Rajoy'. En efecto, esta abolición ocurrió hace exactamente dos años en el Congreso, con el concurso de los partidos citados y el estruendo reglamentario ya amortiguado. Pese a ello, la vicepresidenta enésima Nadia Calviño carga contra el acuerdo. El presidente del Ejecutivo tiene derecho a corregir las decisiones de un gabinete al que nombra y destituye. En cambio, si una subordinada desautoriza al primer ministro, se asiste a un golpe de Gobierno. Y a la consiguiente proclamación de la presidenta Calviño.

Ni siquiera los entusiastas de Calviño le reconocen la capacidad de haber ganado por sí sola la moción de censura, dos elecciones generales y una investidura. De hecho, la hoy aclamada no sería vicepresidenta, ni por tanto presidenta, de no contar con el voto de Bildu, a quien Dios confunda. Por tanto, la fenomenal zapatiesta que libró a la parroquia por unos días del estado de pandemia permanente no se refiere al apoyo filoetarra, sino a la necesidad de mantener casi íntegra la reforma laboral de Rajoy. O condensando por limitaciones de espacio, 'Mantener a Rajoy'.

La presidenta Calviño gana adhesiones pero no votos entre los enemigos de Sánchez. Simétricamente, sus posturas pueden soliviantar a los apoyos gubernamentales incluido Bildu, que ojalá acabe por siempre en los infiernos. Gobernar teniendo en cuenta al adversario no es lo mismo que gobernar para el adversario, despreciando a quienes se han arriesgado a votarte. Sin embargo, descongelar la cruzada contra los proetarras reciclados sirve solo de McGuffin para ocultar la integridad de la reforma laboral de Rajoy, apoyada por los independentistas de CiU. En cuanto al empeoramiento de la economía en caso de derogación, parece imposible agravar la situación actual, sin descartar con ello que el nuevo Gobierno pueda lograrlo.

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