La banalización de los decesos
635 muertos (más)
El personal está más pendiente de cuándo se podrá tomar una cerveza con unos amigos que de la macabra letanía diaria sobre víctimas que ha perdido su sentido original
Andreu Claret
Periodista y escritor. Comité editorial de EL PERIÓDICO
Andreu Claret
Imaginemos que sucedió así. Alguien de la Generalitat llamó a Fernando Simón y le dijo: oye, suma 635 muertos más, por favor. ¿635? ¿A qué días corresponden?, preguntó él. A los últimos, le dijeron, sin precisar mucho más. ¿Y de qué provincia son? preguntó Simón, mirando el 'excel' donde anota el rastro trágico del covid-19 en España. ¿Querrás decir de qué región sanitaria? Eso. Pues no lo sabemos exactamente, pero la mayoría son de Barcelona, le contestaron. Si no fuera porque 635 muertos (más) son para llorar, nos podríamos reír un rato. No tenemos más detalles. Solo que, segun el recuento más conservador, donde el día anterior ponía 6.021 muertos, hoy (sábado 23) pone 6.656. Un 10% más. Ha ocurrido con otras comunidades, aunque a menor escala, pero importa poco. Hoy no queremos hablar de si Catalunya hace las cosas peor o mejor que los demás. Queremos poner el acento en la banalización de la muerte que padecemos, tras 69 días de estado de alarma.
Es lo que tienen las guerras y las catástrofes. Que uno se acostumbra a la muerte y al mal y lo acaba banalizando, como ya advirtió Hannah Arendt tras años de fascismo. Escucho un par de emisoras para actualizar los datos y todas celebran el pase de la fase 0,5 a la fase 1 o de la fase 1 a la fase 2. Leo algunos diarios. Igual. El personal está más pendiente de cuándo se podrá tomar una cerveza con unos amigos que de la macabra letanía diaria sobre víctimas que ha perdido su sentido original. ¿Cuántos son 635 muertos (más)? ¿Son muchos o pocos para una Catalunya donde viven más de siete millones de personas? Si usted vive en el Alt Empordà y le digo que equivale a borrar del mapa Sant Climent Sescebes, a lo mejor le llamará la atención. Puede que le suene si le digo que es como si el pantano de Oliana se hubiese llevado por delante un tercio de la población de esta ciudad, o como si Rialp hubiese desaparecido del mapa del Pallars Sobirà. Eso son los 635 muertos (más) que hasta ayer no estaban en el 'excel' de Simón.
Hagan lo mismo con el total de muertos catalanes, y podrán tachar del mapa de Catalunya ciudades como Sort, Moià o Sant Esteve Sesrovires, donde nació Rosalía, de la que solo se salvarían unos cientos de personas de sus 6.700 habitantes. Hagan lo mismo con el total de víctimas mortales del covid-19 en España, y podrán borrar del mapa Salou, Vinaroz o Eibar. ¿Quién dijo que esto era una gripe? ¿Quién se atreve a añadir 635 muertos (más) en un día, sin comparecer de urgencia para dar una explicación?
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