CLAVE EUROPEA

El riesgo de una recuperación desigual

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Eliseo Oliveras

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El futuro de la Unión Europea (UE) dependerá de cómo logren superar conjuntamente sus 27 estados miembros la recesión generada por el coronavirus. Una recuperación económica desigual plantearía “una amenaza existencial” para la UE, alerta el comisario de Economía, Paolo Gentiloni. En la misma línea, el veterano diplomático alemán, Wolfgang Ischinger, reconoce que la UE “se juega su supervivencia”. “Se trata de una desafío existencial para la UE, que requiere medidas extraordinarias”, subraya Ischinger, actualmente presidente de la Conferencia de Seguridad de Múnich.

Hasta ahora, las medidas adoptadas para paliar las consecuencias económicas negativas del confinamiento están agravando las desigualdades entre los estados de la UE, ya que al depender de las capacidades financieras de cada uno para ampliar su nivel de endeudamiento agrandan la brecha entre países ricos y pobres.

La respuesta presupuestaria inmediata (gasto sanitario, laboral y social) hasta ahora equivale al 10,1% del Producto Interior Bruto (PIB) en el caso de Alemania, mientras que se reduce al 2,4% en Francia, al 1,1% en España, al 0.9% en Italia y al 0,7% en Bélgica, según el estudio comparativo elaborado por el 'think tank' europeo Bruegel. A esto hay que añadir en Alemania, los aplazamientos de impuestos y tasas equivalentes al 14,6% del PIB y otras medidas de liquidez y garantías financieras que equivalen a otro 27,2% del PIB. Como contraste, los aplazamientos de impuestos se limitan al 1,1% del PIB en España y las inyecciones de liquidez y garantías financieras al 9,1% del PIB, según el citado estudio de Bruegel.

Mayor recorte

La potencia económica alemana ha permitido ampliar la prestación por suspensión temporal de empleo al 80% del salario durante dos años, mientras que Francia compensa el 84% del salario. Por el contrario, en España se cobra el 70% de la base reguladora durante los primeros seis meses y después baja al 50%. Esto implica un mayor recorte en el poder adquisitivo de las familias españolas afectadas y una peor base comparativa para reactivar el consumo y la economía.

Alemania también concentra el 51% de los más de 1,95 billones de euros de ayudas públicas de emergencia a las empresas aprobadas hasta ahora por la Comisión Europea, cuando sólo representa una 25% del PIB de la UE. Francia suma el 17,5% de las ayudas aprobadas, Italia el 15,5% %, Bélgica el 3%, Polonia el 2,5% y España menos del 2%. Esto ofrece una ventaja comparativa a las compañías alemanas que gracias a un mayor nivel de ayuda pública podrán capear la recesión con mayor facilidad que las empresas de otros países más débiles, como España. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, reconoció ante el Parlamento Europeo el 13 de mayo que esa ventaja desleal que están obteniendo las empresas de los Estados más ricos desequilibra el mercado único europeo en beneficio de esos países.

Tras muchas vacilaciones, la cancillera alemana, Angela Merkel, ha propuesto con el presidente francés, Emmanuel Macron, un fondo de recuperación europeo de 500.000 millones de euros, que se financiará mediante la emisión de deuda de la UE y que costearán el conjunto de países europeos a través del presupuesto comunitario. El fondo servirá para ayudar a los países y regiones más afectados mediante transferencias no reembolsables, en lugar de créditos a devolver como durante la anterior crisis de la eurozona.

Limitar el daño

Este giro copernicano de Merkel obedece a la constatación de que la economía alemana sufriría peligrosamente si los mercados claves para sus exportaciones quedan encallados en una larga recesión, como Francia (107.000 millones), Italia (68.000 millones) y España (44.000 millones), entre otros. La poderosa Federación de la Industria Alemana había defendido una ayuda financiera europea “sin precedentes” y una “verdadera solidaridad fiscal” con los países más afectados para limitar el daño a las empresas y la sociedad.

No obstante, la cifra Merkel-Macron queda muy lejos de los 2 billones reclamados por el Parlamento Europeo o de los 1,5 billones propuestos por el Gobierno español en abril. La Comisión Europea presentará su propuesta el 27 de mayo. Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia, que defienden que las ayudas sean créditos en lugar de transferencias, ultiman una iniciativa que condicione cualquier ayuda europea a aplicar reformas económicas de envergadura. Los detalles sobre las condiciones de concesión de esas ayudas determinarán el verdadero alcance del plan y qué tipo de UE saldrá de esta crisis.

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