El sentido de la distancia

Manual de instrucciones

zentauroepp53343479 a worker cleans and disinfects a courtyard at the ecole poly200507163015

zentauroepp53343479 a worker cleans and disinfects a courtyard at the ecole poly200507163015 / AFP / FRANÇOIS GUILLOT

Núria Iceta

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Lo acaba de decir el ministro Illa: "Esta pandemia viene sin manual de instrucciones". Pero ahora estamos aquí, queriendo creer que lo peor ya ha pasado y que podemos relajar el confinamiento estricto de los últimos meses. Hace unas semanas el dilema se centraba entre salud y economía a la hora de abrir tiendas, empresas e industrias, una dicotomía terrible, con unas connotaciones éticas que por suerte no hemos intentado ocultar, que intentaba calibrar el riesgo de morir por el virus o por la parálisis de la economía.

Ahora el dilema se sitúa en el terreno de la distancia física y el confinamiento social: tras el cierre en bloque de todos los equipamientos culturales han ido cayendo las cancelaciones de festivales de música y las fiestas mayores. ¿Qué actividades nos 'atrevemos' a hacer? El confinamiento ha demostrado, por si alguien lo dudaba, que el contacto físico y la experiencia cultural en vivo no son fácilmente sustituibles y que las pantallas nos fascinan y nos fatigan.

Dejando a parte el dilema ético sobre qué estamos dispuestos a poner en riesgo, que ya es bastante, yo me pregunto... ¿tiene sentido organizar 'casals' y colonias de verano si no dejamos a los chicos amontonarse, perseguirse? ¿No estamos reduciendo una experiencia vital al absurdo para solucionar un problema de conciliación? ¿Hasta cuándo podremos hacer creer a los niños que las imágenes en movimiento al otro lado de la pantalla son sus amigos cuando lo que quieren abrazarse y compartir los juguetes? ¿Tienen sentido los conciertos y las representaciones teatrales con mascarilla y a distancia? ¿Podrían ser los estímulos de la emoción y el intelecto que añoramos o solo espejismos de lo que quisiéramos y no podemos tener?

Más allá de la urgencia de retomar la actividad (sin menospreciar su necesidad), ¿no sería preferible esperar a una nueva fase de control del riesgo o a este porcentaje deseado de la inmunidad de grupo (más connotaciones éticas) que permita recuperar la actividad en toda su dimensión para mantener su sentido? Son preguntas que tampoco constan en el manual de instrucciones.

Suscríbete para seguir leyendo