Dos miradas

Fases y Marx

Lo que me tiene fascinado de la nueva fase 1 es una normativa que cada día se parece más al contrato de los hermanos Marx

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, en la Moncloa.

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, en la Moncloa. / periodico

Josep Maria Fonalleras

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El proceso de desescalada comenzó con las provincias, que es una unidad de medida con muy poco glamur, y continuará con las regiones sanitarias, que parece una actitud más lógica, pero que, al fin, choca con el mismo inconveniente de cualquier perímetro: los contornos son líneas que limitan el exterior y el interior, fronteras. En la fase 1 que hoy comienza en varias zonas, las Terres de l’Ebre y el Camp de Tarragona no podrán comunicarse, por ejemplo, y ya volveremos a tener anécdotas de cercanías y lejanías. Ahora, lo que me tiene fascinado de la nueva fase es una normativa que cada día se parece más al contrato de los hermanos Marx.

Hay que respetar las franjas de paseo y deporte, pero comprar en una tienda, tomar una cerveza o quedar con un grupo reducido de amigos serán actividades, según el ministro Illa, "no sometidas a limitaciones horarias". Esto quiere decir que, en cualquier momento del día, quien viva en una fase 1 y lleve calzado deportivo y chándal podrá detenerse en una terraza y pedir una bebida isotónica, pero, si son las seis de la tarde, no podrá levantarse y empezar a correr. Matará el tiempo hasta las ocho para iniciar el circuito.