El servicio a la ciudadanía

Un reconocimiento justo

Para anticiparnos a futuras crisis conviene escuchar y aprender de los errores

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Anna Cristeto

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La cifra diaria de fallecidos y de contagios por coronavirus se aleja del pico de las peores semanas de esta pandemia.  Este lunes media España entra en la fase 1 de desescalada. Las calles van dejando atrás aquel silencio tan elocuente que solo se quebraba con los aplausos al personal sanitario. No pueden durar para siempre, aunque sí haríamos bien en fijar en la memoria colectiva su compromiso y sacrificio. Junto a ellos, otros trabajadores también han estado al pie del cañón desde el comienzo.

En el informe del Consell Assessor de Salut, hecho público la semana pasada, se afirma que esta crisis ha evidenciado la fragilidad del sistema sanitario catalán y la necesidad –arrastrada desde hace años- de acometer reformas. Entre las principales debilidades en la gestión del covid se señala la ausencia de previsión y falta de pruebas diagnósticas y de equipos de protección individual. En cuanto a las fortalezas, destaca la capacidad de adaptación del sistema y la solidaridad de los profesionales sanitarios. El órgano de asesores en materia de salud del Govern cree que merecen una especial atención por el sufrimiento emocional y físico acumulado y un reconocimiento a su entrega en los últimos meses.

La Generalitat anunció hace diez días que abonaría una paga extra de mil euros brutos para los cuerpos de emergencia en atención a su labor. La medida se ha recibido con frialdad entre los sanitarios: les cuesta digerir que se pretenda compensar así el esfuerzo ante una pandemia que ha dejado por ahora más de 9.000 positivos confirmados en el colectivo. Los sindicatos de la función pública tildan la paga de “limosna” y recuerdan además que la Generalitat debe parte de la extra de 2013 y la de 2014.

El anuncio de la retribución también ha caído como un jarro de agua fría entre los Mossos d’Esquadra, que en un primer momento fueron excluidos de un reconocimiento que sí incluía a Bombers y Protecció Civil. ¿No han sido esenciales los Mossos para llevar a cabo el confinamiento y hacer cumplir las medidas dictadas? Muchos recuerdan que no disponían de la protección necesaria cuando tuvieron que aislar la Conca d’Òdena y que la mayoría no ha podido someterse a test de detección PCR durante semanas, a pesar de que cerca de 1.500 efectivos han tenido que confinarse por presentar síntomas. Un profundo malestar recorre desde hace un tiempo el cuerpo policial al sentirse ninguneados por la misma institución a la que sirven.

El servicio a la ciudadanía no puede reconocerse con una paga. La recompensa pasa por fortalecer y modernizar la estructura pública, aumentar la inversión en material y mejorar las condiciones de trabajo y las ratios de plantilla. En EL PERIÓDICO hoy damos de nuevo voz a sanitarios que relatan cómo sus experiencias en la lucha contra el virus les han provocado miedo y soledad. Es momento de escucharlos y, como sugiere el Consell de Salut, de hacer un “ejercicio de humildad y crítica” y un aprendizaje de la experiencia para anticiparse a futuras crisis. La próxima nos debería encontrar más preparados.

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