Sonrisas y lágrimas

Oscar Wilde escribió que "el pecado original de la humanidad es que se toma a sí misma demasiado en serio". Los tiempos actuales no son los más idóneos para reivindicar la frivolidad, y sin duda atravesamos días en los que nos toca ser rigurosos y eficaces al máximo en el cumplimiento de nuestras tareas y en la resolución de los deberes; pero no matemos por ello al humor, porque no solo no es incompatible con el rigor, sino que pocas actitudes construyen más que una buena sonrisa.

Sin embargo, ser serio en exceso no es muy serio, como dice un refrán africano. Al virus que nos atormenta lo venceremos con el trabajo de miles de personas a las que nunca aplaudiremos lo suficiente; y con la investigación científica que descubra la ansiada vacuna; pero para salir del hoyo al que nos ha llevado el covid-19, necesitaremos del optimismo, el humor, la alegría y la esperanza, porque si no el mundo por venir carecerá del talante necesario para ser habitable.

Los jóvenes serán los que más agradecerán que entre tanto discurso sobre el negrísimo futuro que nos espera y la multitud de datos que sustentan dichas teorías se incluya espacio para decir en alto que hay futuro, que no solo saldremos, sino que lo haremos mejores como individuos y como sociedad y que tras las lágrimas va a haber millones de risas que compartiremos.

Hace años un crítico norteamericano aconsejaba "una aspirina y una 'sitcom'" para aliviar el dolor de cabeza. Lo de ahora es mucho más grave que eso y evidentemente se necesitarán muchas más cosas; pero que la comedia, el buen rollo, nos puede ayudar es cierto. Así que entre tanto rictus apesadumbrado les animo a sonreír. Inténtelo recuperando el maravilloso 'Circo volador' de los geniales Monty Python (Netflix y Movistar solo la temporada 1), que pueden complementar con los largometrajes 'La vida de Brian' o 'Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos

seguidores' (ambas en Netflix) y alguno más que encontrarán rebuscando por las plataformas.

Aquellos jóvenes irreverentes, cultos, formados en las mejores universidades inglesas y que se dieron a conocer dentro de la excelsa nómina de guionistas de la BBC, fueron los más geniales y surrealistas críticos de su tiempo. Al ver hoy en día sus 'sketches' se entiende que el mundo es inexplicable y loco, pero en vez de amargarte por ello, siempre te quedan ganas de fijarte en el lado brillante de la vida como silbaban gozosos en el calvario.

Otra posibilidad es el emblemático 'Saturday Night Live' (Movistar). Creado por el canadiense Lorne Michaels, llevan desde 1975 ofreciendo la mejor comedia que se ha hecho en televisión, ha sido cantera de los humoristas más célebres y no ha habido personaje relevante que no haya pasado por su plató. En sus inicios su plantel de actores se autodenominaban 'Los intérpretes no aptos para el prime time'. Tenían razón, porque sus parodias sirven para cualquier momento.

Y si no, busquen a Leo Harlem, alguna película de Nacho García Velilla o programa de radio con Toni Garrido. Para casos difíciles, Groucho y Wilder. Sí, ahora lloremos que hay demasiadas razones para hacerlo, pero lo que vendrá después construyámoslo con sonrisas.