Ideas

Más allá del humor

Este segundo adiós de 'Will & Grace' ha tenido un aire más crepuscular y, de alguna forma, parece certificar también la decadencia de todo un género

zentauroepp53356848 icult200508131533

zentauroepp53356848 icult200508131533 / periodico

Jordi Puntí

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hace unos días en Estados Unidos se emitió el episodio final de la serie 'Will & Grace'. En realidad era la segunda vez que esto ocurría. En mayo de 2006 ya se habían despedido con honores, tras ocho temporadas de mucho éxito, pero en 2017 los creadores, actores y la cadena NBC se pusieron de acuerdo para resucitarla, y así nos han dado tres añadas más. Los que éramos admiradores entusiastas hemos seguido este regreso con una decepción creciente: tras la alegría de reencontrar unos caracteres y unos escenarios familiares, descubrías que los guiones eran menos elaborados y, muy a menudo, los gestos y muecas de los personajes se perdían en el bótox. De vez en cuando, cuando Will, Grace, Karen y Jack conseguían revivir su química de los buenos tiempos, la serie brillaba unos minutos y luego se allanaba otra vez.

'Will & Grace' fue una pionera a la hora de presentar unos protagonistas gays, y hacerlo además con un humor autoparódico, en la tradición judía norteamericana. Como muchas comedias de situación, se filmaba con público, con risas en directo, algo que le añadía una viveza teatral. Este segundo adiós ha tenido un aire más crepuscular y, de alguna forma, parece certificar también la decadencia de todo un género. Ahora ya se puede decir que 'Frasier', 'Seinfeld', 'Friends', 'Will & Grace' y 'The Simpsons' marcaron una edad de oro, y luego han venido epígonos honrosos como '30 Rock', 'Cómo conocí a tu madre' o 'The Big Bang theory'. Ahora mismo, sin embargo, no parece que podamos esperar mucho más.

Si tomamos perspectiva, es posible que la irrupción de 'The office', de Ricky Gervais, y 'Louie', de Louis CK, comportaran un cambio de paradigma. Los últimos años la comedia de media hora ha abandonado el plató fijo y se ha vuelto más ácida e irreverente, más imprevisible, desde 'Larry David' a 'Fleabag'. También 'Better Things' y su nueva mirada a la familia desestructurada. Un paso más allá, aún está la serie más interesante de ahora: 'High maintenance', en HBO. Las peripecias vitales de un vendedor de droga, en Brooklyn, son un terreno ideal para contar historias emotivas, divertidas y que no rehuyen el drama: la tradición narrativa norteamericana se ha impuesto al teatro.