Dos miradas

Cincuenta años

El Almadraba Park de Roses ha cumplido 50 años, allí he pasado algunos de los momentos más intensos y satisfactorios de mi vida

La playa de Roses, en Girona.

La playa de Roses, en Girona. / periodico

Josep Maria Fonalleras

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En el Almadraba Park de Roses, he pasado algunos de los momentos más intensos y satisfactorios de mi vida. Experiencias, sin embargo, que van más allá de la íntima evocación y que han sido posibles, como tantas otras, gracias a la perspectiva de futuro que tuvo un visionario y pionero como Josep Mercader. Esta semana se han cumplido 50 años de la inauguración del hotel, una efeméride que solo se ha podido celebrar en la intimidad, a la espera de que se pueda presentar el libro que ha escrito Xavier Febrés.

Cincuenta años de un acontecimiento que marcó la historia del turismo en este país. Él, que conoce la tenacidad de los herederos de Mercader, habla del "talento de la sencillez", que es la base de un legado basado en la memoria y en la renovación constante, a partir del vínculo con los orígenes. Como decía Ferran Adrià, Jaume Subirós "ha sido un guardián eficiente, ha sabido tutelar lo que comenzó como una vanguardia y ha sabido hacer evolucionar con modernidad lo que ahora ya es una tradición". Sus hijos van por el mismo camino. Son 50 años de fidelidad que también simbolizan el espíritu que debe animar el tiempo incierto que se avecina.