Dos miradas

Gestos

Estamos en el umbral de la reconstrucción incierta de esas fronteras gestuales que nos alejan y que hacen que nos acerquemos

Josep Maria Fonalleras

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Hay una lectura entusiasta, optimista y emotiva del inicio del descofinamiento. Volvemos a vernos y volvemos a pisar las amplias alamedas de nuestros deseos. Pero también está la otra cara de la moneda. Lo explica Alain Dreyfus en 'Le Nouveau Magazine Littéraire': "Todos somos portadores potenciales de un peligro mortal". El temor que nos inspira este cruce con el otro, sea quien sea, "es simétrico al temor que nosotros inspiramos en él". Son, según Dreyfus, los términos del nuevo contrato social. Hasta nuevo aviso, pues, nos moveremos entre estas dos maneras de afrontar un contacto que también reclamará "coreografías nuevas", unos nuevos códigos de comportamiento y de relación.

A diferencia de lo que pensamos o queremos pensar (y más ahora, empeñados como estamos en recuperar la relación social), la sociedad se fundamenta en unas reglas de distanciamiento. Las aplicamos para distinguir los unos de los otros, para constatar, a través de la simbología de los ritos, de las manos y las miradas, diferencias y afinidades. Estamos en el umbral de la reconstrucción incierta de esas fronteras gestuales que nos alejan y que hacen que nos acerquemos.