DOS MIRADAS

Caminar

Hemos redescubierto el volver a pisar los sitios conocidos, que siguen donde estaban, impasibles

Transeúntes y deportistas vuelven al paseo de Sant Joan de Barcelona, este sábado 2 de mayo, primer día de permiso

Transeúntes y deportistas vuelven al paseo de Sant Joan de Barcelona, este sábado 2 de mayo, primer día de permiso / periodico

Josep Maria Fonalleras

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De repente, hemos pasado de Joseph Brodsky a Matsuo Bashô. O a David Le Breton. El poeta ruso aconsejaba no abandonar la habitación, no cometer el error de salir corriendo. Evitar que el tiempo, el cosmos, el eros o el virus atravesaran la puerta. El japonés caminaba en busca de la belleza antigua y "estaba completamente absorbido por el deseo de contemplar la luna en Matsushima". Y el antropólogo francés elogiaba "la vulnerabilidad del caminante", porque su experiencia "restituye el mundo, inscribe de pleno al ser humano en unos límites que le recuerdan la fragilidad y la fuerza que tiene".

Hemos redescubierto, pues, el caminar, el volver a pisar los sitios conocidos, que siguen donde estaban, impasibles. "No olvidaré la sensación de hoy en toda mi vida", me dice una amiga que se ha acercado a la casa donde viven los suyos y ha podido saludarlos en la distancia, emocionados por el reencuentro. Fragilidad del momento y fuerza del mundo restituido -"me siento como una roca", dice- en esta asunción de la conciencia de los límites. Caminar (o correr, como poseídos por un afán atávico) para dejar atrás la habitación y hacer frente al paso sin piedad del tiempo.