Análisis

Más corresponsabilidad y menos partidismo

Hay indicios más que preocupantes de que la prioridad para la mayoría de partidos durante la fase de desescalada son sus intereses tácticos

Miembros del Gobierno y diputados guardan un minuto de silencio por las víctimas del coronavirus, el 29 de abril en el Congreso

Miembros del Gobierno y diputados guardan un minuto de silencio por las víctimas del coronavirus, el 29 de abril en el Congreso / periodico

Eulàlia Vintró

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Tras la proclamación gubernamental del estado de alarma, el Congreso ha renovado su duración tres veces con apoyos diversos y un crecimiento sostenido de críticas a la gestión de la pandemia por parte del Gobierno español. Han pasado siete semanas desde el inicio del confinamiento y ahora se vislumbra la fase de salida de forma gradual y por territorios.

Es evidente que la actuación de los gobiernos, central, autonómicos y locales, ante un virus desconocido, muy agresivo y mortal además de inesperado y sin ninguna previsión, es susceptible de errores y, lógicamente, de críticas sensatas, pero también debería serlo de sugerencias y propuestas viables en todo el territorio del Estado.

El seguimiento de la realidad mediante los medios de comunicación demuestra que la actitud de los partidos políticos, de sus representantes, de los presidentes autonómicos, de las organizaciones empresariales y de los propietarios de estos medios, en su inmensa mayoría, no solo no responde a la corresponsabilidad pedida por el presidente del Gobierno español -y exigida por la gravedad del covid-19- sino que a menudo cae en la demagogia partidista, en las tácticas electorales autonómicas y en las independentistas, en los intereses económicos sectoriales y en las tendencias ideológicas de los dueños los medios, públicos o privados.

Si el confinamiento y las primeras prolongaciones del estado de alarma vía parlamentaria disfrutaron de una gran unanimidad, ahora que harán falta uno o dos períodos de 15 días para tratar de garantizar a toda España que no haya una recaída y, consecuentemente, un nuevo confinamiento con las consecuencias negativas personales, sociales y económicas, hay indicios más que preocupantes de falta de corresponsabilidad por parte de la mayoría de partidos. En efecto, el PP insinúa desde hace días que no piensa seguir avalando la gestión de Pedro Sánchez, el PNV empieza a anteponer sus intereses electorales a su habitual posición conciliadora, ERC está más preocupada por su futuro en Catalunya y por la preeminencia respecto a JxCat que por lo que pueda pasar al Gobierno del Estado y al conjunto de la ciudadanía, Cs se mueve de una forma poco previsible ya que ha pasado de alinearse con la derecha a ofrecer pactos a los socialistas, pero no aclara si votará a favor o no del nuevo periodo de alarma, Bildu también parece que quiere marcar distancias y tener los ojos puestos en las elecciones vascas, de Vox no hay que hablar y del resto de fuerzas, con pequeña representación, no hay demasiada información detallada al respecto.

Para la inmensa mayoría de la ciudadanía resulta incomprensible estos posicionamientos y esta insensibilidad frente a las cifras de personas contagiadas, de personas muertas y de deficiencias, aún, de medios para hacer frente a la epidemia. El pacto, el acuerdo, el trabajo conjunto de todos son la opción de más del 90%. El apoyo de la oposición portuguesa de derechas al gobierno de izquierdas de Portugal genera ilusión y envidia. ¿Tan difícil es emularlo o incluso mejorarlo?

Que quede claro, la prioridad son las vidas humanas y, sin más pérdidas personales, la salvaguarda de la economía y de los puestos de trabajo. Ya vendrá la hora de los reproches por los errores y comportamientos ineficaces. Ahora, hay que ir juntos y asumir las dificultades y los riesgos de manera corresponsable dejando de lado la demagogia y el partidismo. La situación sigue siendo muy grave. Nos jugamos la vida y el bienestar futuro. Que nadie lo olvide.