Dos miradas

Organizar la tristeza

"Tratando de organizar la tristeza". De todas las cosas que he leído tras el coronavirus, de todos los análisis de filósofos y pensadores, ninguna supera la imagen del entrenador argentino César Luis Menotti

César Luis Menotti

César Luis Menotti / periodico

Josep Maria Fonalleras

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Nos tenemos que conformar con partidos antiguos, pasiones encapsuladas. Ya sabemos el resultado y nos dormimos en la satisfacción de lo que fue. Y quizá lo hacemos porque, como decía Bill Shankly, el mito del Liverpool, "de las cosas menos importantes de la vida, el fútbol es la más importante".

Xabier Azkargorta explicaba recientemente una conversación con el Flaco Menotti. Le preguntaba como estaba y él contestaba: "Tratando de organizar la tristeza". De todas las cosas que he leído, de todos los análisis de filósofos y pensadores, ninguna supera la imagen del entrenador argentino, el de los chándales Meyba que no acabó de triunfar en el Barça. Organizar la tristeza. Tratando de encontrar un marco donde dar cabida no al desasosiego, sino a la aflicción. Encontrar un hábitat para la pena, domesticarla, en cierto modo, evitar que se desborde, que sea un animal desbocado o un río sin márgenes, aprender a convivir con ella, a dar cabida al desconsuelo en un espacio acotado, un cuarto donde todos los muebles están colocados con precisión. Tratando de organizar este vacío. No consiguiéndolo, ciertamente, pero procurando un cierto orden en el desbarajuste de la melancolía.