Nuestro mundo es el mundo
El discreto encanto de la sensatez
El descontento con la política actual (48%) casi empata con los que creen que el coronavirus es el gran problema (49%)
Joan Tapia
Presidente del Comité Editorial de EL PERIÓDICO.
Joan Tapia
Ya vemos que vuelve a imperar la bronca-bronca. Entre los partidos. Entre las comunidades autónomas y el Gobierno de Madrid. Y que manda también en las redes sociales y de la prensa a la caza y muerte del gobierno “sociocomunista”
Pero parece que lo que Felipe González calificó una vez de “opinión publicada” no es la opinión real de los ciudadanos. Al menos a juzgar por la última encuesta del CIS que confirma <strong>pistas que ya daban dos sondeos de Gesop para EL PERIÓDICO DE CATALUNYA.</strong>
Tres son las grandes conclusiones de este estudio demoscópico. La primera es que los españoles están respondiendo con notable sensatez y responsabilidad a la crisis del coronavirus. La segunda es que hay un palpable hastío con los excesos partidistas y reduccionistas de la política. La tercera es una fuerte voluntad de consenso ante la catástrofe de proporciones bíblicas que estamos viviendo.
El 91% de los españoles quieren acuerdos ante una crisis que el 80% creen que tendrá graves consecuencias económicas
Vamos por la primera, el sentido común. El 99% está preocupado por la crisis, el 80,3% cree que tendrá consecuencias muy graves para la economía y el 54% (contra el 26%) cree que la situación económica será peor dentro de un año. También son más los que personalmente temen estar entonces en peor situación, aunque (quizás optimistas) un 56% creen que su situación será la misma.
Más muestras de sensata resignación. El 73% (contra el 25%) creen que las medidas adoptadas eran necesarias, un 58% (contra un 39%) que han sido suficientes y un 43% juzga que la información dada por el Gobierno ha sido adecuada, aunque un 55% desea tener más información. ¿Y quién no?
Pero la segunda conclusión es que sería equivocado confundir la sensatez responsable con la conformidad. Flota un intenso desencanto -cercano a una amarga repulsa- con la bronca y el partidismo. El coronavirus (49%), la economía (39%) y el paro (36%) son los tres principales problemas de los españoles. Pero surge después la inquietud con “el mal comportamientos de los políticos” (21%). Y si le añadimos “los problemas políticos en general” (16% y sexto problema) y “lo que hacen los partidos” (11% y octavo problema) nos encontramos con que la insatisfacción con la política suma nada menos que el 48%.
Y este 48% prácticamente empata con el coronavirus, el primer problema para el 49%. ¿Por qué el CIS no hace esta suma que parece elemental? Puede que por motivos técnicos, pero es legítimo concluir que los españoles están insatisfechos con la política actual. Y ello puede ser un fértil terreno para los populismos antidemocráticos que afirman que “los políticos del sistema son culpables de todo”. O sea, de que un firme liderazgo, por supuesto inasequible a la corrupción, sería más útil y beneficioso que la “podrida y estéril” democracia y sus “demonios familiares”. A los que vivimos nuestros primeros años en el franquismo, el discurso todavía nos suena.
Este es un serio peligro para la democracia que los partidos harían bien en tener en cuenta. La pervivencia de la bronca política en tiempos de grave crisis no sería comprendida -y con razón- por buena parte de la ciudadanía. ¿Quieren otra muestra? El PSOE y el PP son los dos primeros partidos y sus líderes los de mejor nota (5 y 4,2 respectivamente), pero la desconfianza en Sánchez supera en 21 puntos a la confianza (59% a 38%) mientras que los datos de Casado son peores: 76% a 21%. Un saldo negativo de 55 puntos.
Vamos a la tercera conclusión. Los españoles, hoy, quieren consenso, incluso unidad. No peleas gallináceas. Son optimistas -el 90% dicen llevar bien el confinamiento, el 93% creen que los ciudadanos están dando una muestra de civismo y el 77% espera que la crisis se superará. Pero no quieren bronca con mascarillas. Los electores -nada menos que el 88%- desean que la oposición respalde al Gobierno en este trágico momento y el 91% pide luego grandes acuerdos para superar la crisis.
La idea de unos pactos de reconstrucción (unos pactos de la Moncloa bis) tiene pues muy amplio consenso. Y tampoco sería lógico exigir la previa dimisión de Pedro Sánchez. La estimación de voto apenas varía respecto a las últimas elecciones ya que suben (poco) el PSOE y el PP y bajan (también poco) Vox y Podemos. Y Sánchez es el presidente preferido para el 35% de los encuestados mientras que Pablo Casado, con el 12,5%, es el segundo clasificado.
Si Sánchez quiere pactar, lo que exige humildad y renuncias, y Casado sabe leer encuestas -y no está abducido por Cayetana Álvarez de Toledo- habrá pactos. Eso sí, con sudor. Caso contrario, los dos pueden resultar perjudicados. ¿En beneficio de quién?
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