IDEAS

Teoría de los amantes

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Xavier Bru de Sala

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Quizás nunca había sido tan cierto como en estos tiempos de confinamiento que hay más amantes que esposos (o esposas) inconsolables. La inesperada pero lógica conclusión, de Proust, llega después de la cerrada defensa de una dama con mala fama que "lejos de ser una persona depravada, estaba tan concebida para el matrimonio, había nacido tan conyugal, que no habiendo podido conservar un esposo, que por cierto era un canalla, no tuvo nunca ninguna relación que no se hubiera tomado tan en serio como si se tratara de una unión legítima, con las mismas susceptibilidades, las mismas rabietas, la misma fidelidad. Remárquese que a veces son las más sinceras, a la postre hay más amantes que maridos inconsolables".

En estos días de confinamiento hay más amantes que esposos (o esposas) inconsolables

Las anteriores consideraciones parten de una taxonomía poco conocida de la pasión amorosa. Una cosa son los o las amantes que funcionan como complemento de una convivencia que no acaba de funcionar y otra los amantes incomparables, unidos por fuertes lazos emocionales y sexuales como los del famoso poema de Estellés. Los amantes celosos de la pareja del amante, los que apenas soportan el peso en el pecho y la agitación constante de la imagen de verdad amada, los amantes que en el fondo del pozo de los sentimientos consideran a sus parejas como un estorbo que hay que esforzarse en soportar.

Si en otros tiempos, las obligadas convenciones y los temores a las terribles consecuencias de sabotearlas volvían comprensible la clandestinidad, tanto en las Karenina castigadas por adúlteras como las Bovary castigadas por catar la libertad, según los cánones actuales del amor, este tipo de relación es considerado hipócrita y malsano. Quizás llegue un día de liberación en el que nos abstendremos de juzgar lo insondable con prejuicios gregarios. Mientras tanto, y si incluso los adictos siguen teniendo acceso a sus drogas, podríamos dedicar un fugaz homenaje al inconsolable, soterrado y heroico sufrimiento de los que en estas largas semanas ni siquiera disponen de un minuto de intimidad por el móvil.