LA CLAVE

El virus ha vuelto

Un agente letal sanitaria y económicamente puede acabar dándole la puntilla al ideal solidario europeo, aquel sueño tan grato como desvencijado

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zentauroepp52958970 delors200328212341 / EFE / BERNARDO RODRÍGUEZ

LUIS MAURI

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El sueño de una Europa unida nació de una tragedia devastadora. El estigma de la segunda guerra mundial era tan atroz,  vergonzoso y ruinoso, tan cruel e inhumano, que los europeos acordaron poner fin a la inveterada costumbre de masacrarse cada 20 o 30 años como si no hubiera un mañana. Hoy, 70 años después, un virus letal sanitaria y económicamente puede acabar dándole la puntilla a aquel ideal solidario tan grato como desvencijado.

La Europa unida ha sido durante décadas un fenomenal factor de estabilización y desarrollo económico e infraestructural. Pero muy pocas veces ha estado a la altura de los apuros y las calamidades de los vulnerables, así fueran propios o ajenos, vecinos próximos o lejanos.

La severa insolidaridad con los más perjudicados por la Gran Recesión, de un lado, y la crisis migratoria, del otro, han dado impulso a movimientos populistas y antieuropeístas en todo el continente. La pandemia global se extiende por la Unión y azota de manera especial a Italia, España y Francia. De momento. Los contagios se aproximan velozmente a los 300.000 y las muertes, a las 20.000, si no han superado ya estas cifras.

Portazo del norte

Angela Merkel proclama que el covid-19 representa el mayor desafío para Europa desde la segunda guerra mundial. Pero tanto Alemania como Holanda, Austria y otros miembros del norte rico de la Unión vetan la demanda del sur de mutualizar la deuda colosal que va a generar la pandemia. Ninguna otra fórmula será suficiente para los países más afectados. En este portazo del norte resuena el eco del que le dio en la Gran Recesión. Nada nuevo. Que cada palo aguante su vela, este es el mensaje.

Hasta la presidenta de la Comisión Europea, la también alemana <strong>Ursula von der Leyen</strong>, ha deplorado el egoísmo ante la emergencia en Europa. Pero quizás el aviso más sangrante es el de su nonagenario antecesor Jacques Delors, el socialista francés cuyo mandato alumbró en 1993 el <strong>Tratado de Maastricht</strong>: "El clima entre los jefes de estado y de gobierno y la falta de solidaridad europea representan un peligro mortal para la Unión. El virus ha vuelto". El virus, aquel horrendo virus.