pantallas

La diferencia

Fotograma de la serie 'Westworld', la superproducción de HBO.

Fotograma de la serie 'Westworld', la superproducción de HBO. / periodico

Mikel Lejarza

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Aconsejaba Einstein que la mejor receta para descubrir consistía en pensar diariamente y durante media hora de modo diferente a nuestros competidores. Mark Twain escribió que "cuando nos encontramos del lado de los más, era tiempo de reflexionar, porque para triunfar había que actuar distintamente a la mayoría". Sin embargo, para medir qué es un fracaso y qué no, entendemos que solo una gran audiencia es sinónimo de éxito. Curiosa contradicción esta que considera que para llegar a la mayor cantidad de público posible hay que caminar previamente por rutas poco transitadas. Pero la realidad muestra que se trata de algo necesario, porque si bien lo nuevo no es sinónimo de éxito, sí que todo éxito tiene siempre algo de nuevo.

Encontrar esa "diferencia" es el gran reto de todo contador de historias. Pero ¿queda algo por descubrir? Según Borges no, porque "todas las historias estaban contadas ya en Homero". Las luchas por el poder, los conflictos amorosos, la venganza, el honor; la gloria y las derrotas protagonizadas por valientes y cobardes; los viajes de los que buscaban y también de quienes huían; el dolor y la alegría; la esperanza y el abatimiento. Pero luego cada medio y generación desarrolla su propio lenguaje para explicar la vida. Por eso nuestros artistas no se expresan igual que los que trabajaban para los faraones egipcios. El audiovisual tuvo, como cualquier recién nacido, que aprender su particular modo de comunicarse y así nacieron formatos novedosos que no existían con anterioridad: 'sitcoms', 'realities' o 'infoshows'. Contaban historias conocidas, en un nuevo lenguaje, dando la impresión de que se trataba de relatos nunca antes escuchados.  Pero en realidad el vino era el de siempre y solo la forma de la botella había cambiado.

Ahora con más libros publicados y más películas y series rodadas que nunca, la búsqueda de "algo diferente" se antoja casi imposible, por lo que las recetas que se aplican vienen haciendo lo que ya la gastronomía descubrió hace tiempo: que a falta de sabores desconocidos, lo mejor consistía en fusionar alimentos hasta entonces dispares. En televisión, ante la dificultad de encontrar territorios novedosos, ha llegado la 'Cocina fusión' y se producen series que unen comedia y drama (<strong>'Fleabag'</strong>); humor gamberro con asesinos crueles (<strong>'Killing Eve'</strong>); personajes del viejo Oeste con robots del 'futuro (<strong>'Westworld'</strong>); en las que los yakuza japoneses se enfrentan en Londres (la bilingüe 'Giri/ Haji'); incluso hay series rodadas en hebreo y árabe ('Fauda'); 'thrillers' que se explican bajo terror fantástico ('El visitante'); o nazis y judíos persiguiéndose como si Hitler siguiera vivo ('Hunters').

Todos productos excelentes, pero que de tanto rizar el rizo buscando epatar, están poblados de personajes que cada vez nos son más ajenos. Puede que dado que el comportamiento humano es pendular, ante tanta sofisticación pronto volvamos a ensalzar la cocina tradicional. Despues de todo, no será innovador, pero hay pocas compañías mejores que una serie que nos haga reír o llorar mostrándonos tal cual somos. Hoy nada es más diferente que la sencillez, en tiempos tan complejos, que incluso algunas de las mejores ficciones se presentan bajo la etiqueta de programas de telerrealidad.