Medidas contra el coronavirus

El distanciamiento social, la única línea de defensa que tenemos

Una vez que el virus comienza a transmitirse localmente, las autoridades deben reenfocar los esfuerzos de contención hacia los de mitigación: aislamiento y reducción de interacciones sociales

Turistas confinados en el hotel de Tenerife por un positivo en coronavirus.

Turistas confinados en el hotel de Tenerife por un positivo en coronavirus. / periodico

Ana Pastore y Piontti

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Durante los dos últimos meses, el mundo está librando una batalla contra un enemigo invisible a simple vista. Su primera aparición fue en la ciudad de Wuhan, en China. No tan lento pero definitivamente seguro, se hizo camino alrededor del mundo. El nuevo coronavirus, o covid-19, hoy puede ser encontrado en más de 100 países, con 127.000 casos el 12 de marzo en todo el mundo, 3.000 de ellos, aproximadamente, en España.

China hizo lo posible para tratar de detenerlo. Pero los esfuerzos inconmensurables y sin precedentes históricos no fueron suficientes. Sí se le dio una pequeña ventaja al mundo, aunque fuera por unos pocos días. Desde el 23 de enero del 2020, Wuhan fue aislada del resto de China, lo cual retrasó la llegada del virus a otras ciudades en el país hasta cinco días. Internacionalmente, el efecto fue más notable, limitando al menos el número de casos infecciosos proveniente de la región.

La punta del iceberg

Sin embargo, la restricción y detección de pasajeros es eficaz solo parcialmente. El periodo de incubación del covid-19 puede ser de hasta nueve días. Durante ese tiempo, las personas infectadas que todavía no han desarrollado síntomas, pueden no solo evitar los sistemas de detección, sino que también pueden contagiar a otros individuos. Por otro lado, la capacidad de respuesta no es la misma en distintos países.

Actualmente, después de China, Europa es la región más afectada. El virus llegó hace semanas y los casos que hasta hoy han sido posible identificar son solo la punta del iceberg. Esto se debe a que los síntomas, si se desarrolla alguno, se pueden confundir fácilmente con los de una gripe no muy grave. Tampoco ayuda que este brote epidémico haya empezado durante el invierno, cuando otros virus respiratorios están prosperando.

Una vez que el virus comienza a transmitirse localmente, las autoridades locales deben reenfocar los esfuerzos de contención hacia los de mitigación. Según la Organización Mundial de la Salud, existen dos clases de medidas de mitigación. La primera es a nivel individual y consiste entre otras medidas en el aislamiento de personas que han sido infectadas por un cierto periodo de tiempo. En el caso de este virus, se recomiendan al menos dos semanas. Similarmente, personas que se cree han sido expuestas al virus, tal vez por estar en contacto con alguien que lo padece, deben ser puestas en cuarentena también por dos semanas. Preventivamente, las medidas a considerar es el lavado frecuente de manos y desinfección de superficies. Un segundo nivel de medidas tiene que ver con la reducción de interacciones sociales en la población. Esto incluye el cierre de escuelas y lugares de trabajo. También considera la cancelación de eventos deportivos y culturales. Hasta que se disponga de una vacuna o tratamiento el distanciamiento social es la única línea de defensa que se tiene.

Al momento de escribir este artículo, nos encontramos con que mucha gente no cree que esto ayude, que la situación no es tan mala como para tomar estas medidas que no solo interrumpen la vida cotidiana sino que también afectan a la economía del lugar. Y es verdad, la situación no es tan mala por ahora, pero solo va tornar para peor tal vez en pocos días. Si bien niños y jóvenes adultos no van a verse afectados en su mayoría por el virus, adultos mayores, sí. Especialmente personas con sistemas inmunológicos comprometidos. Las medidas de mitigación que aquí se mencionan son precisamente para evitar que esas personas se enfermen y, en el caso de que contraigan el virus, tengan la oportunidad de ir a un centro de salud.

El distanciamiento social no es solo necesario para evitar que los individuos no contraigan la enfermedad, sino que también tienen un rol muy importante sobre el sistema de salud. En general, lo que se trata de hacer a través de esto es reducir la carga sobre los hospitales y clínicas. En otras palabras, es mejor para cualquier sistema sanitario tratar un cierto número de pacientes durante el transcurso de dos meses que la misma cantidad en dos semanas. Es decir, el distanciamiento social ayuda a que el sistema no colapse y siga funcionando a máxima capacidad si es necesario.

El surgimiento de este nuevo coronavirus en China solo confirma lo que muchos epidemiólogos hemos estado temiendo por años: que solo era cuestión de tiempo que una nueva epidemia amenazara a la población mundial. También prueba la necesidad de que cada país debe tener un plan de acción listo para responder en caso de emergencias de salud pública. ¿Estamos preparados? No tanto como se necesitaría.