Extra

Pascal Laugier

Junto a Jordan Peele y Ari Aster, Laugier es de los pocos directores contemporáneos que se toman el cine de terror en serio

zentauroepp20537512 sitges 11 10 2012  festival cine sitges 2012  pascal laugier200310134955

zentauroepp20537512 sitges 11 10 2012 festival cine sitges 2012 pascal laugier200310134955 / periodico

Ramón de España

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Como aficionado al cine de terror, uno no se lleva muchas alegrías últimamente con el género. O me he ido haciendo más exigente con la edad o el 90% de lo que se produce es un espanto (cinematográfico) marcado por la falta de ideas, la rutina y los sustos del Tren de la Bruja. Para inclinarse por esta segunda posibilidad, me basta con citar el canal Dark, de Movistar, y el montón de películas que he empezado a ver para abandonarlas a los veinte minutos por aburrimiento y sensación de que ya me habían contado esa historia veinte veces y mejor. Afortunadamente, Movistar aprieta, pero no ahoga, y gracias a esa plataforma he podido rescatar hace unos días 'Gothsland', la última obra del que me parece el cineasta más inquietante del género de terror en la actualidad, el francés Pascal Laugier, que pasó por los cines de Barcelona en un suspiro.

Junto a los norteamericanos Jordan Peele y Ari Aster, Laugier es de los pocos directores contemporáneos que se toman el género en serio y se mantienen lo más alejados posible de ese rutinario Tren de la Bruja ya citado. El problema es que ni los fans de Aster y Peele parecen tomárselo en serio. Y la industria tampoco se mata por hacerle feliz, ya que nuestro hombre solo ha rodado hasta el momento cuatro largometrajes: 'El convento' (2004), 'Mártires' (2008), 'El hombre de las sombras' (2012) y 'Ghostland' (2018). Sobre sus intentos de refrescar la marchita franquicia 'Hellraiser', nunca más se supo.

Las películas de Pascal Laugier dan miedo porque van al fondo del asunto, se te meten bajo la piel, te sorprenden con sus giros de guion (especialmente logrado el de 'El hombre de las sombras', cuando descubrimos lo que le pasa realmente a la pobre Jessica Biel), te dejan un mal cuerpo considerable y te hacen sentir que tú, aunque no lo sepas, también ocultas un secreto espeluznante. Se trata del equivalente cinematográfico de las pesadillas y el tema central de cada una de ellas es un horror profundo del que no hay forma de escapar. Tal vez sea eso lo que ha hecho del señor Laugier un cineasta peligroso en camino de convertirse, directamente, en veneno para la taquilla. Que a mí me parezca un personalísimo reinventor del género es irrelevante, como también parecer serlo para todos esos hípsters que alaban, con razón, 'Hereditary' o 'Nosotros' mientras pasan olímpicamente de 'Ghostland', última muestra hasta ahora del particular teatro de la crueldad del amigo Pascal.