Una reivindicación justa y trabajosa

Ojalá no tengamos que salir mañana

Sumando esfuerzos podemos contribuir a transformar un mundo construido desde una perspectiva masculina

Manifestación del 2019 por el 8-M.

Manifestación del 2019 por el 8-M. / periodico

Anna Cristeto

Anna Cristeto

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Un año más las calles de muchas ciudades viven un 8 de marzo y se tiñen de morado, el color de una reivindicación tan justa como trabajosa: la igualdad entre mujeres y hombres. Sin más. Igualdad en la calle, en la familia y en el trabajo, tanto en las oportunidades y expectativas laborales como en el salario. Igualdad en el trato entre las personas para que el impacto en la vida de las mujeres de las pequeñas o grandes injusticias, que siguen colándose por el tamiz de los prejuicios, desaparezcan más pronto que tarde.

Desde EL PERIÓDICO hemos lanzado el proyecto ‘Nosotras’, que recoge las voces de mujeres de relevancia pública. Todas ellas han relatado sus vivencias y sus pensamientos más íntimos relacionados tanto con sus carreras profesionales como en su esfera más personal, compartiendo las experiencias y dificultades que han tenido que superar. Artistas, dirigentes políticas y profesionales como María Blasco, Fuencisla Clemares, Ada Colau, Isabel Coixet, Meritxell Batet, Carme Ruscalleda, Gisela, Sandra Sabatés, Laia Palau o María Gámez, son algunos de los testimonios. ¿Ha sentido miedo por la calle?, ¿convive con micromachismos en su día a día?, ¿le presionaron para tener hijos?, ¿se ha sentido acosada alguna vez?, son algunos de los interrogantes planteados.

Situar a las personas en el centro

Desde las páginas de este diario tratamos de situar a las personas en el centro, un eje sobre el que pivota nuestra forma de ver el mundo. Creemos en una sociedad que camina hacia la igualdad y que debe sortear los escollos que todavía quedan en el camino. Somos un periódico de progreso y permeable a las inquietudes de quienes nos escogen para informarse. Precisamente por eso estamos al lado de las mujeres y, sumando esfuerzos y sin excluir a nadie, podemos contribuir a transformar la realidad.

La vicepresidenta del Gobierno Nadia Calviño, que ha participado en nuestra iniciativa, es consciente de cuánto queda por hacer pero lanza un mensaje de optimismo. Se han dado pasos importantes en nuestro país, como fue la ley contra la violencia de género, que nos ha situado a la vanguardia de Europa, o el actual anteproyecto de ley de libertad sexual.

Sin embargo, pese a los avances que se van registrando, la desigualdad, a veces sutil, persiste en muchísimos aspectos del día a día. El sesgo de género afecta incluso a la salud: muchos ensayos clínicos se desarrollan tomando como base mayoritariamente a sujetos varones y, como consecuencia, los fármacos son más eficaces en los hombres. Otro ejemplo sobre seguridad al volante: hace unos años se alertó de que muchas pruebas de seguridad solo se basaban en datos obtenidos a través de impactos realizados con maniquíes con anatomía masculina. Son sólo una pequeña muestra de cómo el mundo se construye desde una perspectiva eminentemente masculina.

Es imprescindible una mirada de género. La erradicación de la discriminación no se alcanzará sólo por medio de cambios legislativos. Es necesario romper esquemas mentales, empezando por la educación de las generaciones que tomarán el relevo. Sin embargo, ciertas formas de entender el papel de la mujer en nuestra sociedad proyectan una imagen tan atávica como alejada de la realidad y ofrecerán así a los más jóvenes ejemplos pésimos en los que reflejarse.

Que las mujeres alcancen cada vez con más frecuencia puestos de responsabilidad es importante pero la mirada de la igualdad debe posarse también en aquellas que padecen mayores niveles de precariedad y pobreza precisamente por esa condición. Nuestra reivindicación las abarca a todas. Por eso la gente saldrá hoy a la calle. Ojalá no tengamos que salir mañana.