Peccata minuta

Los constitucionalistas también esquían

Quiero convocar a barcelonesas, barceloneses, forasteras y forasteros cada domingo de primavera a protestar contra los cortes meridianos y de los túneles bailando 'la dansa més bella' a cara descubierta y en pelota picada ante la sede de Economía

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Joan Ollé

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Dice el artículo 21 de nuestra Constitución en su punto primero: “Se reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas. El ejercicio de este derecho no necesitará autorización previa”. Y en el segundo punto, añade: “En los casos de reuniones en lugares de tráfico público habrá que comunicarlo previamente a la autoridad, que solo podrá prohibirlas cuando existan razones fundadas de alteración del orden público con peligro para personas o bienes”.

No sé si las personas que llevan ya 145 atardeceres cortando heroicamente la Meridiana como quien saca el perro a mear piden puntual permiso al 'conseller' Buch -a quien, nada autoritario, la cosa le debe parecer estupenda-. Tal vez el día 155 se cansen; o el 1.714, vaya usted a saber. Rogaría a los/las pertinaces manifestantes que meditasen apenas medio instante sobre las víctimas colaterales que llegan cada día a casa con la cena recalentada y los niños durmiendo, ya que también forman parte del Poble Català que dicen defender. Una manera de atenuar la jodienda y dada la presunta condición anticentralista de las/los cortacalles, sería que descentralizasen su protesta repartiéndola territorialmente entre los 42 distritos postales de Barcelona, los 947 municipios de Catalunya y lo que va desde Salses a Guardamar, con una muy especial deferencia para con la villa de Perpinyà.

Societat Civil Catalana, sin cortarse un pelo, ha decidido imitar a sus adversarios amenazando con cortar cada viernes los túneles de Vallvidrera con el rotundo argumento de que pijos y pijas 'indepes' no puedan ir a esquiar, romperse 'coll i (quatre) barres' o sufrir cualquier otro mal de nieve. En tres semanas la primavera ya estará en El Corte Inglés -otro corte: deberían apresurarse-.

Y, precisamente para festejar la llegada del buen tiempo, quiero convocar desde estas páginas a barcelonesas, barceloneses, forasteras y forasteros cada domingo de primavera, entre salida de misa y la compra del 'tortell' -previa comunicación al exportero de discoteca Buch-, a protestar contra los cortes meridianos y de los túneles bailando 'la dansa més bella' a cara descubierta y en pelota picada ante la sede de Economía. Si Lluís Llach no viene a cantarnos, alquilaremos una 'cobla'.

El texto del manifiesto podría ser este: “'Per la democràcia /  i la primavera / ballem la sardana / al passeig de Gràcia; / no a Vallvidrera / ni a la Meridiana'”.