Dos miradas

Cinismo y soberbia

Plácido Domingo dice que su ejemplo debe servir para que en el futuro otros le sigan. ¿Qué ejemplo? ¿Pedir perdón? ¿Luchar por la dignidad de la mujer? Desprecio impúdico de los valores morales

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Josep Maria Fonalleras

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Quizá el peor pecado de todos es el cinismo. Y lo es porque, por encima de los otros, expresa una actitud de quien se considera superior, la elevación de quien actúa como cínico desde la poltrona de la soberbia. Cinismo y soberbia, pues, se cogen de la mano y se personifican, estos días, en la figura de Plácido Domingo. En primer lugar, cuando fue acusado de acoso, tuvo la desfachatez de decir que "eran otros códigos" y que "habían sido galanterías, sí, pero siempre en los límites de la caballerosidad". Después, cuando la investigación ha demostrado su "comportamiento inadecuado" ha pedido perdón y ha dicho que respeta que las mujeres que él ofendió ahora estén en condiciones de hablar y acusar. ¡Ni que no lo respetara! Tuvieron el valor de decirlo y él, entonces, dijo que era "inconcebible".

Los meses en los que ha reflexionado le han servido para tratar de convertirse en un adalid del respeto, "para que nadie tenga que pasar por lo mismo". Y dice que su ejemplo debe servir para que en el futuro otros le sigan. ¿Qué ejemplo? ¿Pedir perdón? ¿Luchar por la dignidad de la mujer? Cinismo y soberbia, siempre desde la altivez machista. Desprecio impúdico de los valores morales.