Opinión | Editorial

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El IRPH, caso por caso

La banca ha recibido con alivio la decisión del TJUE, pero las entidades que tuvieron malas prácticas deberían reaccionar ahora

IRPH

IRPH / periodico

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha resuelto de manera salomónica la cuestión prejudicial planteada por un juzgado de Barcelona sobre la utilización por parte de los bancos del Índice de Referencia de Préstamos Hipotecarios (IRPH) para indexar las hipotecas. El tribunal europeo lleva la contraria al Tribunal Supremo, que en su día consideró que tomar como referencia un índice elaborado por el Banco de España no podía ser considerado en ningún caso una cláusula abusiva en la constitución de una hipoteca. El hecho, dice el TJUE, de que se publique en el 'Boletín Oficial del Estado' evidencia que tiene la suficiente publicidad para ser conocido por todos los consumidores, pero son los tribunales los que deben determinar en cada caso si en el momento del contrato hubo las condiciones de transparencia que exigen las leyes españolas y ampara el derecho europeo.

El dictamen del TJUE abre la puerta al análisis caso por caso y faculta a los tribunales españoles a no tener en consideración la doctrina del Supremo en el sentido de que en ningún caso se pudo producir abuso al emplear IRPH. Pudo haberlo en las prácticas de algunas entidades, pero no de manera sistémica.

La resolución fue recibida con alivio por parte de los bancos y su cotización en bolsa subió. De manera que los mercados interpretaron que se entra, en cualquier caso, en un tiempo de litigiosidad, no en una reclamación directa a los bancos que les obligue a tomar medidas de carácter general como pasó en la práctica con las cláusulas suelo. Y en los litigios, las entidades, aunque sufren gasto y desgaste, tienen margen de maniobra para no tener que abonar los 3.000 millones que algunos calcularon como sobrecoste de la aplicación del IRPH a las revisiones anuales de las cuotas de las hipotecas. En todo caso, aquellas entidades que tuvieron en su momento malas prácticas ahora tienen oportunidad de reaccionar e intentar recuperar la confianza de sus clientes, muy maltrecha a lo largo de esta crisis. Si no lo hacen, el sistema bancario en su conjunto sufrirá las consecuencias.