La paridad de género en la cultura

Cuotas para obras 'difíciles'

Son imprescindibles las medidas que favorezcan que las mujeres podamos desarrollar nuestra carrera en iguales condiciones que los hombres

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Marta Buchaca

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En la Sala Gran del TNC han estrenado 'Justícia', una obra inmensa de Guillem Clua, autor que ha triunfado por todo el mundo con su obra 'La golondrina' y que ya hace años que es un habitual de los teatros españoles (por desgracia, más de los de Madrid que de los de Barcelona). La dirección artística del TNC le encargó que escribiera un texto para la Sala Gran. El encargo no tenía premisas ni normas: tenía total libertad para escribir lo que quisiera.

Clua no hubiera escrito nunca una obra para 10 intérpretes si no hubiese sido un encargo. Él, como tantos autores y autoras que estrenamos con regularidad, escribimos las obras pensando en que sean producidas y sabemos que estrenar una obra de 10 personajes es, si no imposible, muy difícil. En los últimos años, han recibido encargos para estrenar en la Sala Gran Albert Espinosa, Pere Riera, Josep Maria Miró y Pau Miró. Ningún director artístico del TNC (todos hombres, sí) ha pensado hasta al momento que una mujer pueda escribir una obra para la Sala Gran del TNC. Y es una lástima. Primero, porque existen muchas autoras con el oficio y el talento suficiente para escribir una obra de calidad igual o superior a la de todos los autores antes citados. Pero lástima, sobre todo, porque mientras no se les de la oportunidad, las dramaturgas seguiremos pensando en pequeño, escribiendo en pequeño y estrenando en precario.

José Manuel Rodríguez Uribes acaba de anunciar las medidas que abordará el ministerio de Cultura y Deporte. Entre ellas, destaca la introducción a través del Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales (ICAA) del denominado Plan de acción 50/50 para el 2025, “dirigido a favorecer una mayor y mejor incorporación de las mujeres en el sector audiovisual”. Una de las acciones de este plan es considerar las obras dirigidas por mujeres como “obras difíciles”. La inclusión en esta categoría les permitirá optar a un aumento de la intensidad de las ayudas públicas hasta un 75 %. El concepto “difícil” es claramente desafortunado. Pero no permitamos que los árboles no nos dejen ver el bosque. La iniciativa es digna de aplauso ya que las mujeres necesitamos de cuotas para que se nos tenga en cuenta.

Me duele hacer una afirmación tan contundente, pero miren, sin ir más lejos, lo que pasa en la Sala Gran del TNC: no hay cuota, no hay mujeres. Así que viva las cuotas y las medidas que favorecen que las mujeres podamos desarrollar nuestra carrera en las mismas condiciones que los hombres. Espero poder ver pronto una autora viva y catalana en esa Sala Gran y que la presencia de autoras en nuestros teatros sea cada vez más habitual. Las obras dirigidas (añado: y escritas) por mujeres son difíciles, totalmente de acuerdo, porque poder estrenarlas es mucho más difícil que si fueran obras dirigidas por hombres. Les invito a abrir la cartelera de teatro de Barcelona ahora mismo. ¿Cuántas autoras ven? Pues eso. Viva las cuotas para obras difíciles.