análisis

El peor Madrid, el peor Barça, la peor Liga

Entre el peor Madrid y el peor Barça resulta imposible pronosticar quién se hará con la peor liga de los últimos tiempos

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Sònia Gelmà

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Ahora que resulta fácil verle las costuras a Setién, es importante recordar que poco de lo que pase esta temporada será atribuible a él. Llegó a media temporada porque Josep Maria Bartomeu decidió que convenía un cambio después de no atreverse en verano. El relevo partía de la base de que este Barça era mucho mejor de lo que aparentaba con Valverde. Tanto creían en ello que pensaron que incluso le sobraba talento, así que le vaciaron la plantilla en el mercado invernal.

Mes y medio después, escuchamos cómo Setién justifica la titularidad de Arturo Vidal por delante de un tercer delantero con conceptos como “trabajo defensivo” o “riesgos” que no conviene asumir. Razonamientos que no hubiéramos imaginado por parte de un técnico que llegaba a ser calificado de temerario por su apuesta ofensiva. Con sus diferencias, Valverde y Setién han llegado a una conclusión similar, que el equipo no está para muchas alegrías.

Y quien mejor lo describe es Gerard Piqué, que este domingo jugó ante “el peor Madrid” desde que visita el Bernabéu. Se trata de una valoración atrevida si tenemos en cuenta que el central ha ganado en el estadio blanco de todas las maneras posibles. Pero esa frase, que desde la óptica blanca puede parecer una ofensa, a quien realmente desnuda es al Barça.

Porque en esos primeros 45 minutos, ante ese rival menor, los azulgranas se fueron al vestuario sin marcar. Supieron tener el balón, controlar el juego e incluso tuvieron oportunidades, pero les faltó aquella contundencia vista en otras ocasiones. No fue un Barça pletórico, pero ese es actualmente el mejor Barça posible. Con el margen de que Messi pueda tener un mejor día, nadie confiaba en una mejor versión de la vista. Y, aun así, pudieron ganar, pero también, como pasó, perder ante un Madrid con limitaciones, pero más ambicioso. El peor Madrid fue capaz de resucitar —por méritos propios y ajenos— para acabar ganando al peor Barça.

Los síntomas que arrastra este equipo ya hace meses que están diagnosticados. No es el primer partido en que el equipo tiene fases de buen juego, pero su convicción en lo que hace es débil. Conscientes de su fragilidad -a veces futbolística, a veces mental y a veces físic--, cuando el partido se tuerce, son incapaces de poner freno a la caída. El equipo se desdibuja y no encuentra nada a lo que agarrarse, independientemente de que en el banquillo esté Setién o Valverde.

Ni alcanzaba para la Champions hace dos meses ni tampoco ahora. Otra cosa es LaLiga, entre el peor Madrid y el peor Barça resulta imposible pronosticar quién se hará con la peor liga de los últimos tiempos. Tras años esperando el fin de ciclo azulgrana, ha resultado que ambos envejecen a la vez.