LA CLAVE

Una mesa narcotizada

La prioridad de Sánchez y ERC es garantizar que el diálogo no salte en pedazos. Torra y Puigdemont intentan desacreditar el pragmatismo de ERC, pero dinamitar la negociación después del 'Sit and talk' no es tan sencillo

Pedro Sánchez y Quim Torra, reunidos en el Palau de la Generalitat, el pasado 6 de febrero.

Pedro Sánchez y Quim Torra, reunidos en el Palau de la Generalitat, el pasado 6 de febrero. / periodico

LUIS MAURI

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Dumas tuvo suficiente con tres mosqueteros y el joven D’Artagnan para hacer frente a las intrigas del cardenal Richelieu. El pop se bastó con cuatro jóvenes de Liverpool para tomar al asalto el edén musical. La democracia española necesitó a siete ponentes para redactar la Constitución tras la larga noche de la dictaduraJesucristo reclutó a 12 apóstoles para expandir su credo. Con uno menos y tres suplentes, el campeón levanta la Champions

Si el número de actores destinados a una misión da la medida de la dificultad de la empresa, sin duda la búsqueda de una salida para el conflicto catalán supera en complejidad a todas las anteriores, reales y ficticias. Nada menos que 16 personas tomarán asiento este miércoles en el estreno de la mesa bilateral, que en realidad es multilateral. Más que una mesa, una asamblea.

Con todo, el dato más significativo son las escasas  esperanzas depositadas por las partes en la cita. La quiebra técnica de la coalición que gobierna la Generalitat y el pulso entre las dos fuerzas independentistas narcotizará la mesa hasta que las urnas catalanas no alumbren un nuevo Ejecutivo.

El Gobierno y Esquerra persiguen que nada se rompa entre tanto. Las urnas han unido sus destinos. La pervivencia de Sánchez está hoy en manos de ERC, pero Esquerra  no es libre de usar este poder a su antojo. Dejando caer al socialista, los republicanos se expondrían al rigor extremo de una coalición de derechas en la Moncloa.

Galicia y Euskadi

La prioridad compartida, pues, no es tanto conseguir avances palpables este miércoles como garantizar que la mesa no salte en pedazos. Asegurar las posiciones, reafirmar la apuesta por la negociación y rentabilizarla en las urnas: ERC en las catalanas; el PSOE en las gallegas y las vascas.

La parte de la mesa controlada por Puigdemont Torra intentará desacreditar el pragmatismo de ERC. La prioridad absoluta es el choque por la hegemonía independentista. Pero dinamitar la mesa sin enrojecer de vergüenza tras la campaña del Sit and talk no es tan sencillo. Además, está el dilema de Puigdemont: obstaculiza el diálogo, pero sabe que solo este puede aliviar su situación.