Dos miradas

La devaluación de Torra

La mitad de los escogidos no son miembros del Govern, y con todo el respeto a las personas que integran la mesa, Catalunya ya llega devaluada antes de empezar a negociar

Quim Torra, en la reunión semanal del Consell Executiu

Quim Torra, en la reunión semanal del Consell Executiu / periodico

Emma Riverola

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Torra ya ha elegido a sus integrantes para la mesa de diálogo. Bajo el argumento falaz de la representación de los presos y “exiliados”, cómo si él fuera otra cosa que el apoderado de Puigdemont, <strong>la mitad de los escogidos no son miembros del Gobierno catalán. </strong>Además, el 'president' y Aragonès solo aparecerán en la reunión inaugural y si hay algún acuerdo que firmar. Con todo el respeto a las personas que integran la mesa, antes de empezar a negociar, Catalunya ya llega devaluada. A un lado, las primeras espadas de un Gobierno. Al otro, dos partidos. La tendencia de los políticos independentistas para depreciar las instituciones catalanas es digna de estudio.

La república fue una ilusión. En todos los sentidos. Mientras las grandes ideologías naufragaban y el neoliberalismo nos individualizaba y nos desprotegía, la idea de la independencia unió y movilizó a cientos de miles de personas en la esperanza de un futuro mejor. Pero también fue un espejismo. Ahora, queda la gestión de los sueños rotos. Y llega la mezquindad. Lo mejor que puede hacer el Gobierno de España es mantener sus filas. Sale con ventaja.