EN CLAVE EUROPEA

Un instrumento clave para el crecimiento

Vista de la sala de reuniones del Consejo Europeo en Bruselas.

Vista de la sala de reuniones del Consejo Europeo en Bruselas. / periodico

Eliseo Oliveras

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El marco presupuestario de la Unión Europea para el período 2021-2027 es un instrumento clave para impulsar el crecimiento económico, en especial en el actual contexto de debilitamiento. La Comisión Europea acaba de calcular un crecimiento anual de tan solo el 1,4% en el 2020 y el 2021 en el conjunto de la UE y del 1,2% en ambos años en la eurozona. Las exigencias de Alemania, Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia de limitar el volumen del próximo marco presupuestario al 1% de la renta bruta de la UE, por debajo del marco actual 2014-2020 excluyendo al Reino Unido (1,16%), dañan las perspectivas de crecimiento de la UE durante esta década. El Parlamento Europeo estima que el futuro presupuesto debe equivaler como mínimo al 1,3% de la renta de la UE para poder mantener las actuales políticas y asumir el coste de los nuevas (desarrollo tecnológico, Pacto Verde, Defensa, inmigración). Un menor nivel de gasto conducirá a un menor crecimiento.

El crecimiento medio anual es cada década más bajo. Los doce países iniciales de la eurozona registraron un tasa de crecimiento medio anual del 5,3% en 1961-1970, del 3,4% en 1971-1980, del 2,4% en 1981-1990, del 2,1% en 1991-2000 y del 1,1% en 2001-2010, según la Comisión Europea. Con una eurozona ampliada a 19 miembros, el crecimiento anual medio en la década de 2011-2020 se situó en el 1,3%, pero las previsiones para el inicio de la nueva década apuntan un crecimiento muy limitado: el citado 1,2%.

Los partidos conservadores, liberales y de extrema derecha coinciden en la receta de rebajar los impuestos directos para mejorar el crecimiento económico. Pero las sustanciales rebajas de impuestos directos aplicadas en la UE desde 1980 han contribuido a un menor crecimiento, debido a que han privado a los estados de recursos para impulsar la economía vía inversiones públicas y vía mayor consumo a través del gasto social redistributivo.

Más desigualdad social

Un estudio histórico del economista Thomas L. Hungerford constata que las rebajas de impuestos directos desde 1945 no habían contribuido a aumentar el crecimiento, ni la inversión, sino solo han aumentado la desigualdad social y concentrado la riqueza en la élite. El Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz  también señala que las rebajas de impuestos directos solo recortan la recaudación sin producir más crecimiento, ni inversión.

Por el contrario, una política de gasto público bien focalizada desempeña un papel clave en el crecimiento. Economistas, como Thomas Pikettyabogan por un superpresupuesto europeo, cuatro veces mayor que el actual, para sacar a la UE de su estancamiento económico y su creciente desigualdad social. A nivel nacional, los planes de renovación subvencionada de automóviles son un ejemplo de gasto público multiplicador de la actividad económica. A nivel europeo, los datos indican que los fondos europeos gastados en un país benefician también directamente a los estados contribuyentes netos. El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, recuerda en el diario alemán Die Welt que en el periodo 2007-2013 cada euro de la política de cohesión europea gastado en Polonia, Hungría, la República Checa y Eslovaquia se traducía en un ingreso vía exportaciones de 3,31 euros para Austria, 1,5 euros para Alemania y 1,45 euros para Holanda.

Ante las propuestas de drásticos recortes en la política agraria común, debe recordarse el papel crucial que desempeña esa partida: garantizar el suministro de alimentos en los Veintisiete sin estar a merced de las carencias y fluctuaciones de los mercados mundiales, asegurar unos alimentos sanos y de calidad, evitar la propagación de enfermedades, mantener una población en las áreas rurales y preservar el entorno ecológico.

Los terratenientes, los principales beneficiarios

Una deficiencia de la política agraria europea es que las ayudas siguen concentrándose en los grandes terratenientes y explotaciones, en detrimento de los pequeños y medianos agricultores, ya que el 80% de las ayudas van a parar a un 20% de receptores, en especial en los miembros de Europa Oriental. En España, el 20% de grandes propietarios acapara el 78% de las ayudas, en contraste con Francia y Holanda, donde se limitan a sumar el 54% de las ayudas.

Holanda, que reclama recortar el presupuesto europeo, se distingue por ser uno de los países que más priva a otros miembros de la UE de la recaudación que les corresponde mediante sus esquemas de paraíso fiscal. El economista Gabriel Zucman indica en un estudio que el 46% de los beneficios empresariales declarados en Holanda proceden de otros países. Esto equivale a 82.500 millones de euros anuales, de los que Holanda obtiene unos ingresos tributarios robados a otros estados cuatro veces superior a su contribución anual neta al presupuesto de la UE.