Dos miradas

La clase, el catalán y TV-3

Si tenemos en cuenta que el castellano es mayoritario en la clase trabajadora, el sesgo político de TV-3 se convierte en un sesgo de clase y cultural.

TV3

TV3 / periodico

Emma Riverola

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Lo señaló el economista Thomas Piketty y lo corroboran numerosas estadísticas: el independentismo está muy presente en las rentas altas y medias, pero infrarepresentado en las clases trabajadoras. Esa correspondencia implica mucho más que una fotografía política, sus repercusiones se extienden a los ámbitos económicos, sociales y culturales. También a los medios públicos.

La inclinación de TV-3 hacia el independentismo es innegable. Un sesgo que trasciende a sus programas y se extiende por muchos de sus periodistas estrellas. Algunos, feroces propagandistas en las redes. El último CEO refleja el vínculo creado con sus telespectadores. El 70% de ellos vota partidos independentistas. Solo un 7% eligen formaciones que no llevan la independencia en su programa. El resto, no se pronuncia políticamente. Los datos solo serían descriptivos si no habláramos de una televisión pública cuya misión es “promocionar la cultura y la lengua catalana”. Si tenemos en cuenta que el castellano es mayoritario en la clase trabajadora, el sesgo político de TV-3 se convierte en un sesgo de clase y cultural. Flaco favor al catalán.