Opinión | Editorial

El Periódico
Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El banco en el móvil

La apuesta por el 'smartphone' es crucial en la estrategia de las entidades de adaptarse a los nuevos hábitos digitales de los clientes

mujer-trabajando

mujer-trabajando

La banca digital revolucionó el mercado financiero. Cuando las entidades bancarias se pasaron al canal 'on line', muchos usuarios descubrieron la comodidad de no tener que desplazarse a la oficina. Ahora es el momento de la banca móvil. Es el paso natural si lo que desean las entidades es seguir acompañando a sus clientes. Para la banca tradicional, esta apuesta es además una manera de reaccionar ante la creciente competencia de las 'fintech' y los neobancos, que solo operan en el 'smartphone'. La tendencia es imparable, como sugieren los datos. El conjunto de los canales digitales (móvil, tableta y ordenador) han desbancado a las sucursales físicas –representan el 85% de las interacciones bancarias en España, según un informe de Bain & Company– y, dentro del digital, el móvil es el que más oportunidades de crecimiento ofrece. Algunas entidades aseguran que es su primera vía de conexión con los clientes. Y empieza a ser común que en los comercios los consumidores acerquen su 'smartphone' al datáfono para pagar.

Más allá del cambio de hábitos, hay otra razón que explica la apuesta 'on line' de los bancos: la drástica reducción de la red de oficinas en España, que comenzó con la crisis financiera y que aún continúa. El móvil es una alternativa, tanto para los que se han quedado sin atención personal cerca de casa como para los que, aun pudiendo desplazarse a la oficina, prefieren las ventajas de operar cuando y donde quieran. A medida de que las generaciones más jóvenes de nativos digitales van creciendo, y adquiriendo mayor autonomía y capacidad financiera, serán más los que recurran a esta opción. Entra en toda lógica que los bancos inviertan en 'apps' y otras soluciones para móvil. Toda esta revolución, no obstante, corre el riesgo de dejar excluida a una parte de la población, no habituada a los 'smartphones'. Muchas de estas personas son mayores, pero también hay gente sin recursos o con discapacidad. Para algunos, un servicio móvil más accesible e inclusivo puede ser suficiente; para otros, la oficina física seguirá siendo necesaria. Los bancos deben ser conscientes de esta brecha digital y poner facilidades para que ningún colectivo quede desatendido.